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A lo largo de la historia, ha surgido una controversia acerca de cómo debemos referirnos a nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Algunos argumentan que es más adecuado utilizar el nombre hebreo «Yeshua», mientras que otros defienden el uso de la versión en inglés, «Jesús». En este artículo, exploraremos esta cuestión y también abordaremos la importancia de la naturaleza de Jesús más allá del nombre utilizado. Además, reflexionaremos sobre la libertad que tenemos para usar diferentes idiomas al hablar de nuestro Señor y cómo la promesa de salvación se encuentra en la invocación de su nombre, sin importar el idioma utilizado.
¿Qué nombre usaron los discípulos para referirse a Jesús?
Cuando los discípulos caminaban con Jesús en la Tierra, ¿cómo lo llamaban? ¿Utilizaban el nombre «Jesús» o se referían a Él como «Yeshua»? La realidad es que los discípulos eran hebreos y hablaban arameo, por lo que es muy probable que se dirigieran a Él con el nombre hebreo «Yeshua». Sin embargo, es importante recordar que en ese momento no existía una versión en inglés del nombre de Jesús.
La controversia entre «Jesús» y «Yeshua»
La controversia entre el nombre «Jesús» y «Yeshua» se ha desarrollado principalmente en comunidades judías y en aquellos que buscan una mayor conexión con las raíces hebreas del cristianismo. Algunos argumentan que el nombre «Jesús» es una distorsión y afirman que solo se debe utilizar la forma original en hebreo, «Yeshua». Sin embargo, hay que tener en cuenta que los nombres a menudo se transliteran y adaptan a diferentes idiomas a lo largo de la historia.
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El nombre «Jesús» como versión en inglés de «Yeshua»
Es importante señalar que el nombre «Jesús» es la versión en inglés de la forma griega del nombre hebreo «Yeshua». Cuando el Nuevo Testamento fue escrito en griego, se utilizó el nombre «Iesous», que posteriormente se adaptó a «Jesús» en español y otros idiomas. Es común que los nombres sean transliterados y adaptados a diferentes idiomas para facilitar su pronunciación y comprensión por parte de las personas.
Además, el hecho de que el nombre «Jesús» sea ampliamente reconocido en todo el mundo, incluso en países donde el inglés no es el idioma principal, ha permitido que millones de personas conozcan a nuestro Señor y Salvador. La importancia no radica en el nombre en sí mismo, sino en la persona y la obra de Jesús.
La importancia de la naturaleza de Jesús, más allá del nombre utilizado
Tal vez te interesa¿Qué significa Maher-Shalal-Hash-Baz y quién fue?Más allá del nombre con el que nos refiramos a Jesús, lo más importante es comprender su naturaleza y significado en nuestras vidas. Jesús es el Mesías prometido en las Escrituras, el Hijo de Dios que vino a la Tierra para redimirnos y ofrecernos salvación. Él es el camino, la verdad y la vida, y su nombre representa todo lo que Él es y representa para nosotros como creyentes.
Cuando nos referimos a Jesús, estamos reconociendo su autoridad y su papel como nuestro Salvador. No importa qué nombre utilicemos, lo fundamental es que nuestro corazón esté genuinamente rendido a Él y que vivamos conforme a sus enseñanzas y ejemplo.
La libertad de usar diferentes idiomas al referirse al Señor
Es importante destacar que la Palabra de Dios no prohíbe el uso de diferentes idiomas al referirnos al Señor. En la Biblia encontramos relatos de diferentes personas que se dirigieron a Jesús en su propio idioma, ya sea en hebreo, arameo o griego. La diversidad de idiomas y culturas es un reflejo de la creatividad y el amor de Dios hacia la humanidad.
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Es cierto que es valioso y enriquecedor aprender sobre las raíces hebreas del cristianismo y utilizar el nombre «Yeshua» para profundizar nuestra comprensión, pero no debemos caer en una actitud legalista que separe y divida a los creyentes basándose únicamente en el nombre utilizado. Lo importante es que nuestras palabras y acciones reflejen nuestra fe en Jesús y su amor por nosotros.
La promesa de salvación al invocar el nombre del Señor, sin importar el idioma utilizado
En las Escrituras encontramos una promesa poderosa: «Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo» (Romanos 10:13). Esta promesa no está limitada a ningún idioma en particular. Dios no se preocupa por el nombre o el idioma que utilicemos para dirigirnos a Él. Lo que importa es el corazón sincero y la fe genuina que tenemos al invocar su nombre.
Ya sea que nos dirijamos a Jesús como «Yeshua», «Jesús», «Jesus», «Иисус» o cualquier otra versión en diferentes idiomas, lo esencial es que lo hagamos con reverencia y adoración, reconociendo su poder y su señorío sobre nuestras vidas. Es en su nombre que encontramos perdón, restauración, sanidad y salvación. El nombre de Jesús está lleno de poder y autoridad, y es invocado por millones de personas en todo el mundo como fuente de esperanza y transformación.
Conclusión
La controversia entre «Jesús» y «Yeshua» se basa en diferencias lingüísticas y culturales, pero no debería dividir a los creyentes. Lo más importante es tener una relación personal con Jesucristo y vivir de acuerdo a su Palabra. Al invocar su nombre, independientemente del idioma utilizado, tenemos acceso a su amor, gracia y salvación. Debemos recordar que lo esencial no es el nombre en sí mismo, sino la persona y la obra de Jesús. Así que, sean cuales sean las palabras y el lenguaje que utilicemos para referirnos a nuestro Señor, hagámoslo con reverencia y gratitud, sabiendo que Él es digno de toda alabanza y adoración.