¿Qué significa que Jesús cumplió la ley sin abolirla?

Cuando Jesús habló estas palabras en Mateo 5:17-18, dejó claro que su misión no era abolir la Ley y los Profetas, sino cumplirlos en su totalidad. Esta declaración es de gran importancia, ya que nos muestra cómo Jesús veía la autoridad y la eternidad de la Palabra de Dios. En este artículo, exploraremos en detalle lo que significa que Jesús cumplió la ley sin abolirla y cómo esto tiene un impacto significativo en nuestras vidas como creyentes. Descubriremos cómo Jesús cumplió las profecías de los profetas en su primera venida, su obediencia a la Ley, así como las enseñanzas que nos dejó sobre el cumplimiento de la Ley. Además, entenderemos cómo su cumplimiento de la Ley ha llevado a la salvación eterna y cómo esto nos ha liberado de la obligación de seguir la Ley. Por último, exploraremos lo que significa vivir bajo la ley de Cristo y cómo la justificación por fe en Él es más importante que las obras de la Ley.

La autoridad y eternidad de la Palabra de Dios según Jesús

¿Cómo Jesús cumplió la ley y los profetas?

Cuando Jesús dijo que no vino a abolir la Ley y los Profetas, sino a cumplirlos, nos mostró su profundo respeto por la autoridad y la eternidad de la Palabra de Dios. Para Jesús, la Ley y los Profetas eran fundamentales para entender la voluntad de Dios y la relación del hombre con Él. En su vida y ministerio, Jesús demostró cómo cada parte de la Ley y los Profetas apuntaba hacia Él y su obra redentora.

El cumplimiento de las profecías de los profetas en la primera venida de Jesús

¿Qué significa que Jesús cumplió las profecías de los profetas?

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Una de las maneras en las que Jesús cumplió la Ley y los Profetas fue a través del cumplimiento de las profecías de los profetas en su primera venida. A lo largo del Antiguo Testamento, encontramos numerosas profecías que hablaban acerca del Mesías y su obra redentora. Jesús, como el cumplimiento de todas estas profecías, demostró ser el verdadero Mesías esperado.

Jesús cumplió profecías como el nacimiento virginal en Isaías 7:14 y su linaje mesiánico en Isaías 11:1-10. Además, cumplió profecías de su sufrimiento y muerte en Isaías 53 y Salmos 22. Su resurrección también cumplió las profecías que hablaban de su victoria sobre la muerte, como en el Salmo 16:10. Estos son solo algunos ejemplos de cómo Jesús cumplió las profecías de los profetas en su primera venida.

Jesús y su obediencia a la Ley

¿Cómo Jesús demostró obediencia a la Ley?

Jesús no solo cumplió las profecías de los profetas, sino que también demostró una sincera obediencia a la Ley de Dios. A lo largo de su vida, Jesús cumplió meticulosamente cada uno de los mandamientos de la Ley y enseñó a otros a hacer lo mismo. Él dijo en Mateo 5:18: «De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido».

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Jesús fue circuncidado cuando era un bebé según la Ley de Moisés en Lucas 2:21. También observó las festividades judías, como se menciona en Juan 2:13, cuando fue al templo para celebrar la Pascua. Además, Jesús destacó la importancia de los mandamientos de la Ley al enseñar a sus discípulos sobre el amor a Dios y al prójimo, resumiendo toda la Ley y los Profetas en estos dos mandamientos.

Enseñanzas de Jesús sobre el cumplimiento de la Ley

¿Qué enseñó Jesús sobre el cumplimiento de la Ley?

Jesús no solo cumplió la Ley y los Profetas en su vida, también enseñó a sus seguidores sobre el verdadero significado de cumplir la Ley. En Mateo 5:21-48, Jesús explica que el cumplimiento de la Ley va más allá del cumplimiento superficial de los mandamientos externos. Él enseñó que el cumplimiento de la Ley se trata de un corazón transformado y de vivir en amor y obediencia genuina a Dios.

Jesús dijo que no solo debíamos abstenernos de cometer adulterio físico, sino también de lujuria en nuestro corazón (Mateo 5:27-28). Del mismo modo, enseñó que no debíamos solo evitar el asesinato, sino que tampoco debíamos tener ira o insultar a los demás (Mateo 5:21-22). Jesús nos llamó a amar a nuestros enemigos y orar por aquellos que nos persiguen, y nos invitó a ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto (Mateo 5:43-48).

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Jesús nos recordó que el cumplimiento de la Ley no es solo una cuestión de acciones externas, sino también de nuestro corazón y actitudes internas. El verdadero cumplimiento de la Ley se basa en vivir en amor y obediencia a Dios y a nuestro prójimo.

La salvación eterna a través del cumplimiento de la Ley por parte de Jesús

¿Cómo llevó Jesús el cumplimiento de la Ley a la salvación eterna?

El cumplimiento de la Ley por parte de Jesús tiene un profundo significado para nuestra salvación eterna. Jesús vino a cumplir la Ley en nuestro lugar porque sabía que nunca podríamos cumplirla perfectamente nosotros mismos. Como seres humanos, somos pecadores y estamos separados de Dios debido a nuestro pecado.

Jesús cumplió la Ley en su totalidad al vivir una vida perfectamente obediente y libre de pecado. Él se convirtió en el sacrificio perfecto, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Su muerte en la cruz fue el cumplimiento final y perfecto de la Ley, porque en ella llevó sobre sí mismo el castigo que merecíamos por nuestros pecados.

Cuando confiamos en Jesús y en su cumplimiento de la Ley como el único medio de salvación, somos perdonados y recibimos la vida eterna. La salvación no se encuentra en nuestros propios esfuerzos por cumplir la Ley, sino en la obra perfecta de Jesús en nuestro lugar.

La liberación de los creyentes de la obligación de seguir la Ley

¿Qué significa que estamos liberados de la obligación de seguir la Ley?

El cumplimiento de la Ley por parte de Jesús nos ha liberado de la obligación de seguir la Ley como un medio de salvación. Antes de la venida de Jesús, los judíos estaban bajo el antiguo pacto de la Ley de Moisés. Tenían que seguir diligentemente cada uno de los mandamientos y ofrecer sacrificios para obtener el perdón de sus pecados.

Sin embargo, cuando Jesús cumplió la Ley en su totalidad, se inauguró un nuevo pacto. Ahora estamos bajo el nuevo pacto de la gracia de Dios a través de la fe en Jesús. Ya no dependemos de nuestras propias obras para obtener la salvación, sino que confiamos solo en la obra terminada de Jesús en la cruz.

La liberación de la obligación de seguir la Ley no significa que estamos libres para vivir en desobediencia o pecado. Más bien, estamos liberados para vivir en obediencia a la ley de Cristo. Ya no nos esforzamos por cumplir la Ley como un medio de salvación, sino que obedecemos a Jesús porque hemos sido transformados por su amor y gracia.

La ley de Cristo y la justificación por fe en Él, no por las obras de la Ley

¿Qué significa vivir bajo la ley de Cristo?

Vivir bajo la ley de Cristo significa seguir las enseñanzas y los mandamientos de Jesús. En Juan 13:34-35, Jesús nos dice: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros».

La ley de Cristo se basa en el amor y en vivir de acuerdo a los principios y valores del Reino de Dios. Jesús nos enseñó a amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esto implica vivir en obediencia a estos mandamientos, pero con el entendimiento de que nuestro amor y obediencia son una respuesta a la gracia y el amor de Dios por nosotros.

La justificación por fe en Jesús significa que confiamos en su obra redentora en la cruz como el único medio de salvación. No somos justificados por nuestras obras de la Ley, sino por nuestra fe en Cristo. Como dice Efesios 2:8-9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».

El hecho de que Jesús cumpliera la Ley sin abolirla tiene un significado profundo para nuestra fe y nuestra relación con Dios. Su cumplimiento de la Ley y las profecías de los profetas en su primera venida demuestra su autoridad y su papel como el Mesías esperado. Jesús mostró una sincera obediencia a la Ley y nos enseñó el verdadero significado de cumplir la Ley a través de un corazón transformado y viviendo en amor y obediencia a Dios y al prójimo. Su cumplimiento de la Ley lleva a la salvación eterna, liberándonos de la obligación de seguir la Ley como medio de salvación. Ahora estamos bajo la ley de Cristo y somos justificados por fe en Él, no por las obras de la Ley. En Jesús encontramos la verdadera libertad y la vida transformada que se encuentra en su maravillosa gracia.