En la teología del «ya pero todavía no», se afirma que los creyentes ya participan activamente en el reino de Dios, aunque este no alcanzará su plena expresión hasta el futuro. Esta teología sostiene que estamos en un estado de tensión entre el presente y el futuro. Por un lado, ya estamos experimentando el reino de Dios en cierta medida, pero por otro lado, aún no hemos experimentado su plenitud. Es este equilibrio entre lo presente y lo futuro lo que caracteriza la comprensión de la realidad en la teología del «ya pero todavía no».
El concepto de «ya pero todavía no»
La teología del «ya pero todavía no» es una forma de entender la relación entre el presente y el futuro en la vida de los creyentes. Esta teología reconoce que, a través de la obra de Jesús, ya hemos entrado en el reino de Dios. Como resultado de su muerte y resurrección, hemos sido reconciliados con Dios y podemos experimentar su amor, su gracia y su poder en nuestras vidas. Sin embargo, este reino aún no se ha manifestado en su plenitud. A pesar de los beneficios que ya disfrutamos, todavía enfrentamos dificultades y desafíos en nuestra vida cotidiana. En este sentido, estamos en una situación de tensión entre el «ya» y el «todavía no».
La tensión entre presente y futuro
La tensión entre el presente y el futuro es una realidad ineludible en la experiencia cristiana. Por un lado, disfrutamos de las bendiciones del reino de Dios, como el perdón de nuestros pecados, la reconciliación con Dios y la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Estas realidades son el «ya» del reino de Dios. Sin embargo, por otro lado, todavía enfrentamos luchas y desafíos, tanto a nivel personal como a nivel social. El sufrimiento, la injusticia y la violencia son algunas de las realidades del mundo en el que vivimos. Estas realidades son el «todavía no» del reino de Dios. La tensión entre lo presente y lo futuro nos lleva a anhelar y esperar la plena manifestación del reino de Dios en la tierra.
Relación entre la teología del «ya pero todavía no» y la teología del reino
La teología del «ya pero todavía no» está estrechamente relacionada con la teología del reino. Ambas teologías reconocen que el reino de Dios es tanto presente como futuro. En la teología del «ya pero todavía no», reconocemos que ya estamos participando en el reino de Dios, pero que este aún no se ha manifestado en su plenitud. Por otro lado, la teología del reino enfatiza que el reino de Dios es una realidad presente y activa en el mundo, y que los creyentes tienen la responsabilidad de vivir de acuerdo con los valores y principios del reino. Ambas teologías enfatizan la importancia de participar en la misión de Dios en el mundo y llevar adelante su obra de justicia y reconciliación.
Tal vez te interesaEl yin y el yang desde la perspectiva bíblicaAdvertencia sobre el mal uso de esta interpretación en el evangelio de la prosperidad
Es importante tener cuidado con el mal uso de la teología del «ya pero todavía no» en el contexto del evangelio de la prosperidad. Algunos defensores de esta interpretación distorsionan el mensaje del reino de Dios al enfocarse exclusivamente en las bendiciones materiales y financieras que, según ellos, los creyentes deberían experimentar en el «ya» del reino. Esto es un error, ya que reduce el reino de Dios a una búsqueda egoísta de riquezas materiales. El verdadero enfoque del reino de Dios debe estar en la justicia, la paz y la reconciliación, tanto a nivel personal como a nivel social.
Importancia de recibir el reino de Dios
A pesar de la tensión entre presente y futuro, es crucial que los creyentes reciban y experimenten el reino de Dios en sus vidas. La buena noticia del evangelio es que, a través de la fe en Jesús, podemos entrar en el reino de Dios y disfrutar de sus bendiciones aquí y ahora. Esto implica vivir en obediencia a Dios y seguir los principios y valores del reino en todas las áreas de nuestra vida. Al recibir el reino de Dios, nos convertimos en agentes de transformación en el mundo, llevando adelante la obra de justicia y reconciliación que Jesús comenzó.
Rol de Jesús en la construcción de su iglesia hasta su regreso
Jesús juega un papel central en la teología del «ya pero todavía no». A través de su muerte y resurrección, Jesús inauguró el reino de Dios en la tierra y construye su iglesia. En su ministerio terrenal, Jesús enseñó acerca del reino de Dios, realizó milagros y anunció la llegada del reino. A través de su muerte en la cruz, Jesús nos reconcilió con Dios y nos permite participar en su reino. Como cabeza de la iglesia, Jesús sigue construyendo su obra en el mundo a través del Espíritu Santo y nos guía en nuestro caminar diario hasta su regreso. Es en Jesús que encontramos la verdadera esperanza y el verdadero significado de nuestra existencia en medio de la tensión entre presente y futuro.
Expectativa del establecimiento del reino de Dios en la tierra
La teología del «ya pero todavía no» nos recuerda que, aunque el reino de Dios ya ha comenzado, aún no se ha manifestado plenamente en la tierra. Existe una expectativa de que el reino de Dios se establecerá en su plenitud en el futuro, cuando Jesús regrese. En ese momento, todas las injusticias, el sufrimiento y el mal serán eliminados y experimentaremos la plenitud de la presencia de Dios. Esta esperanza nos anima a vivir con valentía y perseverancia en medio de las dificultades de la vida, sabiendo que un día veremos la consumación del reino de Dios.
Tal vez te interesaEncomendando nuestro trabajo al Señor: Proverbios 16:3Conclusiones sobre la tensión entre presente y futuro en la teología del «ya pero todavía no»
La teología del «ya pero todavía no» nos invita a vivir en la tensión entre el presente y el futuro, reconociendo que ya somos participantes del reino de Dios, pero que aún no hemos experimentado su plenitud. Esta teología nos advierte sobre el mal uso de interpretaciones distorsionadas en el contexto del evangelio de la prosperidad y enfatiza la importancia de recibir el reino de Dios y vivir de acuerdo con sus principios y valores. Jesús juega un papel central en la construcción de su iglesia hasta su regreso, y tenemos la expectativa de que el reino de Dios se establecerá en su plenitud en la tierra. En medio de esta tensión entre presente y futuro, encontramos esperanza y significado en nuestra vida diaria como creyentes.