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La lealtad de David hacia Saúl es un enigma intrigante en la historia bíblica. A lo largo de los relatos, vemos que David, a pesar de ser perseguido y amenazado de muerte por Saúl, muestra una lealtad inquebrantable hacia él. Este comportamiento desconcertante ha llevado a muchos a preguntarse: ¿Por qué David se mantuvo fiel a alguien que quería matarlo? En este artículo, exploraremos las posibles razones detrás de la lealtad de David hacia Saúl y analizaremos las implicaciones de su actitud.
El ungimiento de Saúl como rey
Para entender la lealtad de David hacia Saúl, es crucial comprender el contexto en el que Saúl fue ungido como rey. En el libro de 1 Samuel, se relata cómo el pueblo de Israel clamó por un rey para gobernar sobre ellos, a pesar de que Dios ya era su líder y juez. Dios, a través del profeta Samuel, concedió la petición del pueblo y eligió a Saúl como el primer rey de Israel.
David, en ese entonces un joven pastor, fue ungido por Samuel como sucesor de Saúl. Sin embargo, a pesar de esta declaración, David reconoció que Saúl era el rey elegido por Dios y se negó a tomar medidas en contra de él. Esta actitud demuestra la profunda reverencia y respeto de David por la voluntad de Dios y su compromiso de no interferir en la elección del Señor.
Los intentos de Saúl de matar a David
A lo largo de los relatos bíblicos, vemos cómo Saúl se volvió celoso y temeroso de David, debido a su éxito en la guerra y el afecto que el pueblo le tenía. Saúl, sintiendo que el trono estaba en peligro, comenzó a perseguir a David y buscar oportunidades para matarlo.
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David tuvo varias oportunidades para matar a Saúl y así asegurar su propio ascenso al trono. En una ocasión, mientras Saúl dormía en una cueva, David y su hombre de confianza, Abisai, se acercaron sigilosamente hasta él. Sin embargo, David se negó rotundamente a matar a Saúl, diciendo: «No extienda la mano sobre el ungido del Señor» (1 Samuel 24:10).
Este incidente ilustra claramente la lealtad de David hacia Saúl. A pesar de tener una oportunidad perfecta para vengarse y tomar el poder, David eligió respetar y honrar al rey elegido por Dios. Su lealtad hacia Saúl era tal que incluso después de esta ocasión, cuando David mostró a Saúl la pieza de la túnica del rey que había cortado, se arrepintió de haber hecho eso y le dijo: «El Señor me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido del Señor» (1 Samuel 24:6).
¿Por qué Saúl quería matar a David?
Para entender la lealtad de David hacia Saúl, también debemos analizar las razones por las cuales Saúl deseaba matar a David. Hay varias teorías que explican este comportamiento:
- El miedo al trono usurpado: Saúl tenía motivos para temer que David le arrebataría el trono, ya que había sido ungido como su sucesor. El éxito y la popularidad de David solo aumentaron los miedos y celos de Saúl, lo que lo llevó a tratar de eliminar cualquier amenaza potencial.
- La influencia maligna: Algunos argumentan que Saúl estaba siendo influenciado por un espíritu maligno, enviado por Dios como castigo por su desobediencia. Este espíritu lo llevó a actuar de manera irracional y a buscar la muerte de David.
- Los consejeros y seguidores de Saúl: También se sugiere que Saúl estaba bajo la influencia y el asesoramiento de personas que querían ver a David muerto. Estos consejeros y seguidores alimentaron los miedos y la inseguridad de Saúl, incitándolo a actuar en contra de David.
La paciencia y confianza de David en Dios
A pesar de los peligros y las amenazas constantes, David mantuvo su lealtad hacia Saúl. Su confianza en Dios y en el plan divino lo llevaron a renunciar a la venganza y esperar pacientemente su ascenso al trono.
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En varias ocasiones, David se refugió en lugares seguros y buscó la protección de Dios para salvarlo de los intentos de asesinato de Saúl. David oraba al Señor y confiaba en su defensa, sabiendo que Dios es el verdadero gobernante de todas las cosas y que tenía el control sobre su vida y destino.
David expresó su confianza en Dios en el Salmo 27, donde escribió: «Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, en esto confiaré» (Salmo 27:3). Estas palabras muestran la actitud de David de confiar en Dios en medio de la adversidad y su convicción de que la voluntad divina prevalecerá en última instancia.
Conclusión
La lealtad de David hacia Saúl es un enigma intrigante que nos enseña valiosas lecciones sobre el respeto por la autoridad y la confianza en la voluntad de Dios. A pesar de las circunstancias difíciles y los peligros a los que fue sometido, David se mantuvo fiel a Saúl porque creía en la elección divina y en el orden establecido por Dios. Su paciencia y confianza en Dios son un ejemplo poderoso de cómo enfrentar las pruebas y dificultades de la vida con una actitud de fe y obediencia. A través de la historia de David y Saúl, podemos aprender la importancia de la lealtad, el perdón y la confianza en Dios, principios que trascienden los límites de cualquier enigma intrigante.
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