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En la vida diaria nos vemos rodeados de influencias constantes que moldean nuestra forma de pensar, nuestras acciones y nuestra moral. Es por eso que es importante tener en cuenta lo que la Biblia nos dice sobre la influencia en nuestras vidas. A lo largo de sus páginas, encontramos valiosos versículos que nos ayudan a entender cómo podemos influir positivamente en nuestro entorno y cómo discernir entre las malas influencias que pueden corromper nuestras buenas costumbres y las buenas influencias que nos ayudan a crecer y glorificar a Dios. En este artículo exploraremos algunos de estos versículos y cómo podemos aplicarlos en nuestra vida cotidiana.
Las malas compañías corrompen las buenas costumbres
1 Corintios 15:33
No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».
Este versículo nos enseña que debemos ser cautelosos en la elección de nuestras amistades y compañías. Las personas con las que nos rodeamos tienen un impacto significativo en nuestra forma de pensar y actuar. Si nos rodeamos de personas que no comparten nuestros valores y principios bíblicos, es más probable que nos veamos arrastrados por caminos que nos alejen de Dios y de su voluntad para nuestras vidas.
Por eso, es importante que evaluemos la influencia que tienen las personas que nos rodean. ¿Nos animan a vivir según los mandamientos de Dios o nos arrastran hacia el pecado? ¿Nos impulsan a buscar una relación más profunda con Dios o nos distraen de ello? A través de nuestras amistades y compañías, debemos buscar la edificación mutua y ayudarnos a crecer en la fe.
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Eres la sal de la tierra, la luz del mundo
Mateo 5:13-16
«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
«Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.»
Estos versículos nos hablan sobre nuestra responsabilidad como cristianos de ser influencia en el mundo que nos rodea. Eres la sal de la tierra y la luz del mundo, lo cual significa que tienes la capacidad y la llamada de marcar la diferencia en tu entorno. La sal da sabor y preserva, mientras que la luz ilumina y guía. Así también, tú debes ser una influencia positiva en tu familia, tu trabajo, tu comunidad y en todos los lugares donde te encuentres.
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Es importante recordar que nuestra influencia no debe ser solo a través de nuestras palabras, sino también a través de nuestras acciones. Debemos vivir de tal manera que nuestras buenas obras sean evidentes, de modo que otros vean nuestra luz y glorifiquen a Dios. Nuestro testimonio debe reflejar el amor de Cristo y su impacto transformador en nuestras vidas.
Brilla ante los demás con buenas obras para glorificar a Dios
1 Pedro 2:12
Mantengan buena conducta entre los gentiles, para que en lo que ellos maldicen de ustedes como malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
Este versículo nos llama a tener buena conducta y a hacer buenas obras incluso ante aquellos que nos maldicen o nos persiguen. A través de nuestras acciones justas y amorosas, podemos mostrar el carácter de Dios y llevar honor a su nombre. Nuestras buenas obras pueden ser una oportunidad para que otros consideren la fe cristiana y encuentren a Dios.
Es importante recordar que nuestra influencia no solo se limita a nuestras palabras, sino también a nuestras acciones. Cada acto de bondad, de compasión y de servicio hacia los demás puede tener un impacto significativo en sus vidas y puede abrir puertas para compartir el amor de Cristo.
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Rodéate de sabios y rechaza a los necios
Proverbios 13:20
El que anda con sabios será sabio, pero el que se junta con necios será quebrantado.
Este proverbio nos exhorta a buscar la compañía de personas sabias y a evitar la compañía de personas necias. Nuestro círculo de amistades y relaciones cercanas tiene un impacto directo en nuestra forma de pensar y actuar. Si nos rodeamos de personas sabias, cuyas decisiones y consejos están fundamentados en la Palabra de Dios, estamos más propensos a tomar decisiones acertadas y sabias.
Por otro lado, si nos relacionamos con personas necias, que no valoran la sabiduría y no buscan caminar en los mandamientos de Dios, nos exponemos a ser influenciados por sus malas decisiones y acciones. Es importante discernir y elegir sabiamente a aquellos con quienes compartimos nuestra vida y nuestro tiempo.
Buscar la sabiduría y rodearnos de personas que nos animen a crecer espiritualmente nos ayudará a tomar decisiones acertadas, a crecer en nuestra fe y a vivir de acuerdo con los principios bíblicos. Además, nos brindará un entorno de apoyo y aliento en nuestro caminar con Dios.
Ten una buena conciencia y defiende tu fe con gentileza y respeto
1 Pedro 3:15
Más sanctificar a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre prestos para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros,
Este versículo nos insta a tener una buena conciencia y a estar preparados para defender nuestra fe cuando se nos pida razón de la esperanza que tenemos en Cristo. Nuestra fe debe ser fundamentada en el conocimiento de la Palabra de Dios y en nuestra propia experiencia personal con Él.
Es importante recordar que la defensa de nuestra fe debe hacerse con gentileza y reverencia. No debemos responder a los que nos desafían con ira o con argumentos altaneros, sino con amor y respeto. Esto nos ayudará a mostrar la belleza y la veracidad de nuestra fe y puede tener un impacto positivo en aquellos que nos escuchan.
También es fundamental que mantengamos una buena conciencia en nuestra vida diaria. Esto implica vivir de acuerdo con los principios de Dios y estar dispuestos a reconocer y arrepentirnos de cualquier pecado que nos aleje de Él. Una buena conciencia nos dará la confianza y la autoridad para defender nuestra fe ante aquellos que tienen preguntas o dudas.
Sé un ejemplo en tu conducta
1 Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Este versículo nos recuerda que independientemente de nuestra edad o experiencia, podemos ser ejemplo para otros en nuestra forma de hablar, actuar y vivir. Nuestra conducta debe reflejar los valores y principios que encontramos en la Palabra de Dios.
Es importante que nuestra forma de hablar esté llena de palabras de vida, de aliento y de verdad. Nuestras acciones deben estar en sintonía con la voluntad de Dios y nuestra vida debe ser un reflejo del amor y la misericordia de Cristo.
Nuestra fe en Dios debe ser genuina y nuestro corazón debe estar lleno de amor por los demás. Asimismo, debemos mantenernos puros y libres de las influencias negativas del mundo. Ser ejemplo en nuestra conducta nos permitirá ser una influencia positiva en la vida de otros, animándolos a seguir a Cristo y vivir de acuerdo a sus mandatos.
Predica las excelencias de aquel que te llamó de las tinieblas a su maravillosa luz
1 Pedro 2:9
Más vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Este versículo nos revela que somos un pueblo elegido por Dios y que hemos sido llamados a anunciar las virtudes de aquel que nos rescató de la oscuridad y nos hizo partícipes de su maravillosa luz. Nuestra vida y nuestras palabras deben ser un testimonio del poder transformador de Dios.
Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de compartir las buenas nuevas de salvación y llevar a otros a la maravillosa luz de Cristo. Cada uno de nosotros tiene una historia única de cómo Dios nos ha cambiado y transformado, y al compartirla, podemos inspirar e impactar las vidas de aquellos que nos rodean.
A través de nuestras palabras y acciones, debemos glorificar a Dios y proclamar su amor y su gracia. Nuestra influencia en el mundo puede ser un medio para que otros tengan encuentros con Dios y experimenten su amor de manera personal.
Conclusión
Al estudiar estos versículos bíblicos sobre la influencia en nuestras vidas, nos damos cuenta de la importancia de rodearnos de personas sabias, de tener una buena conciencia y de ser ejemplo en nuestra conducta. Además, se nos exhorta a brillar ante los demás con buenas obras para glorificar a Dios y a predicar las excelencias de aquel que nos llamó de las tinieblas a su maravillosa luz. También nos advierte sobre las malas compañías que pueden corromper nuestras buenas costumbres y nos insta a defender nuestra fe con gentileza y respeto.
La influencia que tenemos en la vida de otros es un privilegio y una responsabilidad. Cada palabra que hablamos y cada acción que tomamos puede afectar profundamente a aquellos que nos rodean. Por lo tanto, debemos orar y pedir a Dios que nos ayude a ser una influencia positiva en nuestro entorno y que nos guíe para tomar decisiones sabias y justas.
Finalmente, recordemos siempre que nuestra mayor influencia radica en la gracia y el poder de Dios que obra en nosotros. Al depender de Él y buscar su guía y dirección en todas las áreas de nuestra vida, podemos ser instrumentos en sus manos para llevar esperanza, amor y transformación a aquellos que nos rodean.