Versículos que demuestran cómo Cristo es nuestro descanso en el sábado

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El descanso del sábado es un tema de gran importancia en la Biblia. Es un día designado por Dios para que su pueblo descanse físicamente, pero también tiene un significado mucho más profundo. El sábado no sólo es un día de descanso físico, sino que nos recuerda el descanso espiritual que encontramos en Jesús. A lo largo de la Biblia encontramos versículos que demuestran cómo Cristo es nuestro descanso en el sábado. En este artículo, exploraremos en detalle estos versículos y cómo nos muestran el papel de Jesús como nuestro descanso espiritual.

El sábado como día de descanso en la Biblia

El sábado como día de descanso tiene sus raíces en el libro del Génesis, donde se nos cuenta que Dios descansó en el séptimo día de la creación. En el libro del Éxodo, Dios estableció el sábado como un mandamiento para su pueblo, diciendo: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna… Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día» (Éxodo 20:8-11).

El descanso físico y el descanso espiritual en el sábado

El sábado no es sólo un día para descansar físicamente, sino que también es un día para descansar espiritualmente en la presencia de Dios. En Isaías 58:13-14, Dios nos dice: «Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová;… entonces te deleitarás en Jehová». Este versículo nos muestra que el descanso del sábado no es simplemente un acto de cesar de trabajar, sino que implica deleitarnos en la presencia de Dios y gozar de su compañía.

Jesús como nuestro descanso espiritual

Jesús es nuestro descanso espiritual porque él es el sacrificio perfecto que nos justifica ante Dios. En Mateo 11:28, Jesús nos invita a venir a él y descansar: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar». Jesús sabe que llevamos una carga pesada de pecado y culpa, y nos ofrece descanso al confiar en él y en su sacrificio en la cruz. Él es el único que puede liberarnos de la carga del pecado y darnos verdadero descanso para nuestras almas.

Jesús como el sacrificio perfecto que nos justifica ante Dios

En la carta a los Hebreos, se nos habla de cómo Jesús es el sumo sacerdote perfecto que ha hecho el sacrificio perfecto por nuestros pecados. En Hebreos 4:14-16, se nos dice: «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado… Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» Estos versículos nos enseñan que, a través de la obra de Jesús en la cruz, podemos acercarnos a Dios con confianza y obtener su perdón y gracia. Jesús es el único que nos puede justificar ante Dios y darnos verdadero descanso.

Jesús como liberador del esfuerzo por cumplir la ley para obtener salvación

En el libro de Gálatas, el apóstol Pablo nos enseña que ningún esfuerzo humano puede llevarnos a la justificación ante Dios. En Gálatas 2:16, Pablo afirma: «sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.» Jesús es nuestro liberador del esfuerzo por cumplir la ley para obtener salvación. Él es el único camino para llegar a Dios y obtener la justificación y el descanso que tanto anhelamos.

Jesús como Señor del sábado

En los evangelios, Jesús se presenta a sí mismo como el Señor del sábado. En Marcos 2:27-28, Jesús dice: «El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Así que el Hijo del Hombre es Señor aún del día de reposo.» Jesús es el único que tiene autoridad sobre el sábado y su verdadero significado. Él nos enseña que el sábado no se trata simplemente de seguir un conjunto de reglas, sino de descansar en él y en su obra redentora.

El cumplimiento de Jesús del propósito del sábado

En Mateo 5:17, Jesús dice: «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.» Jesús vino a cumplir el propósito del sábado al ofrecernos descanso y restauración. Él es la realización de todo lo que el sábado simboliza: descanso en Dios, liberación del pecado y renovación espiritual. En él encontramos el descanso completo y eterno que anhelamos.

Descansando en lo que Jesús ha provisto para nuestra salvación

Jesús ha hecho todo lo necesario para nuestra salvación. No podemos obtener la salvación por nuestros propios esfuerzos, sino que debemos descansar en la obra redentora de Jesús en la cruz. En Efesios 2:8-9, se nos dice: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.» Jesús es nuestro único descanso, nuestra única esperanza de salvación. Debemos confiar en él y descansar en lo que ha provisto para nuestra redención.

Conclusión

Los versículos que demuestran cómo Cristo es nuestro descanso en el sábado nos muestran que el sábado no es sólo un día de descanso físico, sino también un recordatorio del descanso espiritual que encontramos en Jesús. Él es nuestro descanso espiritual porque es el sacrificio perfecto que nos justifica ante Dios y nos libera del esfuerzo por cumplir la ley para obtener salvación. Jesús es el Señor del sábado y cumplió plenamente su propósito. Podemos descansar en él y en lo que ha provisto para nuestra salvación. Que podamos encontrar descanso en la obra redentora de Jesús y experimentar su paz y gracia en nuestras vidas.

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