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Los Cristadelfianos son una secta religiosa que surgió en el siglo XIX como resultado de las doctrinas promovidas por John Thomas. Si bien afirman ser cristianos, sus creencias difieren significativamente de la doctrina tradicional. En este artículo, abordaremos las creencias erróneas de los Cristadelfianos y analizaremos cómo estas contradicen las enseñanzas bíblicas y cristianas.
Niegan la deidad de Jesucristo
Una de las principales creencias erróneas de los Cristadelfianos es su negación de la deidad de Jesucristo. A diferencia de la fe cristiana tradicional, que sostiene que Jesús es el Hijo de Dios y forma parte de la Trinidad, los Cristadelfianos consideran a Jesús simplemente como un hombre justo y obediente, pero no como Dios mismo encarnado.
Esta creencia contradice claramente varios pasajes bíblicos que afirman la divinidad de Jesús. Por ejemplo, en el Evangelio de Juan, Jesús se autodenomina «Yo soy», un título que solo puede aplicarse a Dios (Juan 8:58). Además, en Colosenses 2:9, se dice que «toda la plenitud de la deidad habita en forma corporal» en Jesús. Estos versículos y muchos otros demuestran claramente que Jesús es más que un simple hombre justo, sino que es Dios mismo.
La creencia de los Cristadelfianos de negar la deidad de Jesucristo se contradice con las enseñanzas bíblicas y cristianas, y distorsiona la verdadera naturaleza de Jesús como Dios encarnado.
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Otra creencia errónea de los Cristadelfianos es su enseñanza de que la salvación se basa en obras y no en la gracia de Dios. Según ellos, la salvación solo se puede obtener a través de la obediencia a los mandamientos de Dios y la realización de buenas obras.
Esta visión se opone directamente a las enseñanzas bíblicas y cristianas, que enfatizan que la salvación es un regalo gratuito de Dios, recibido por la fe en Jesucristo. En Efesios 2:8-9, se dice claramente: «Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe». La salvación no es algo que podamos ganar a través de nuestras obras, sino algo que Dios nos concede por su gracia.
Es importante destacar que, si bien las buenas obras son una respuesta natural a nuestra fe en Jesucristo, no son el medio para obtener la salvación. La salvación es un regalo de Dios, y ni siquiera nuestras mejores obras pueden merecerla o ganarla.
La enseñanza de los Cristadelfianos de que la salvación se basa en obras contradice las enseñanzas bíblicas y cristianas sobre la gracia de Dios y distorsiona el mensaje central del evangelio.
Tal vez te interesa¿Cuándo creó Dios a los ángeles?Creencia de que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal
Los Cristadelfianos también tienen una creencia errónea con respecto al Espíritu Santo. Mientras que la doctrina cristiana tradicional enseña que el Espíritu Santo es una persona divina que forma parte de la Trinidad, los Cristadelfianos consideran al Espíritu Santo simplemente como una fuerza activa de Dios, sin ninguna personalidad o divinidad propia.
Esta visión va en contra de numerosos pasajes bíblicos que presentan al Espíritu Santo como una persona divina. Por ejemplo, en Mateo 28:19, Jesús instruye a sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo no fuera una persona, no tendría sentido incluirlo en esta fórmula de bautismo. Además, en Juan 14:16-17, Jesús se refiere al Espíritu Santo como «otro Consolador» y dice que «estará con vosotros para siempre». Estos versículos indican claramente que el Espíritu Santo no es simplemente una fuerza impersonal, sino una persona divina presente en la vida del creyente.
La creencia de los Cristadelfianos de que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal contradice las enseñanzas bíblicas y cristianas sobre la personalidad y divinidad del Espíritu Santo.
Niegan la existencia de un alma inmortal en el hombre
Una de las creencias más controvertidas de los Cristadelfianos es su rechazo de la existencia de un alma inmortal en el hombre. Según ellos, cuando una persona muere, deja de existir por completo hasta la resurrección en el día del juicio.
Tal vez te interesa¿Cuándo es apropiado cambiar de iglesia según la Biblia?Esta enseñanza contradice claramente numerosos pasajes bíblicos que hablan de la existencia de un alma inmortal. Por ejemplo, en Mateo 10:28, Jesús dice: «No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien, temed a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno». Estas palabras de Jesús implican claramente que el alma es algo distinto del cuerpo y que continúa existiendo después de la muerte física.
Además, en el relato de la Transfiguración, Jesús aparece junto a Moisés y Elías, a pesar de que ambos habían muerto siglos antes. Esto indica claramente que las personas no cesan de existir después de la muerte, sino que continúan viviendo en algún estado o lugar.
La negación de los Cristadelfianos de la existencia de un alma inmortal en el hombre contradice las enseñanzas bíblicas y cristianas sobre la naturaleza y destino del ser humano después de la muerte.
Creencia de que el infierno es simplemente la tumba donde los muertos están inconscientes
Otra creencia errónea de los Cristadelfianos es su concepto de infierno. A diferencia de la mayoría de las doctrinas cristianas, que enseñan que el infierno es un lugar de castigo eterno para los impíos, los Cristadelfianos sostienen que el infierno es simplemente la tumba donde los muertos están inconscientes.
Esta visión va en contra de numerosos pasajes bíblicos que hablan del infierno como un lugar de castigo eterno para los impenitentes. Por ejemplo, en Mateo 25:46, Jesús dice: «E irán estos al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna». Esta declaración de Jesús claramente indica la existencia de un castigo eterno para aquellos que rechazan a Dios. Además, en Apocalipsis 20:10, se habla del diablo, la bestia y el falso profeta siendo arrojados al lago de fuego y azufre, donde serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Esta descripción inequívoca del castigo eterno contradice la visión de los Cristadelfianos de que el infierno es simplemente una tumba donde los muertos están inconscientes.
La creencia de los Cristadelfianos de que el infierno es simplemente la tumba donde los muertos están inconscientes distorsiona las enseñanzas bíblicas y cristianas sobre el juicio final y el destino de los impenitentes.
Distorsionan las enseñanzas básicas de las Escrituras
Una característica común de las creencias erróneas de los Cristadelfianos es su tendencia a distorsionar las enseñanzas básicas de las Escrituras. Si bien afirman basar sus creencias en la Biblia, interpretan selectivamente los pasajes y los manipulan para que se ajusten a sus propias ideas teológicas.
Un ejemplo de esto es su interpretación de la profecía bíblica y su afirmación de que el regreso de Jesús ya ha ocurrido de forma invisible. Esta interpretación se basa en una lectura sesgada de los pasajes bíblicos, ignorando otras referencias claras al regreso visible y glorioso de Jesús, como se menciona en Mateo 24:30 y Apocalipsis 1:7.
Otro ejemplo es su rechazo de la Trinidad y su negación de la deidad de Jesucristo, que ya hemos discutido anteriormente. Esto implica ignorar y reinterpretar versículos que claramente presentan a Jesús como Dios, como Juan 1:1 y Juan 20:28.
Los Cristadelfianos tienen la tendencia de distorsionar las enseñanzas básicas de las Escrituras para ajustarlas a sus propias creencias, lo cual es una manipulación de la Palabra de Dios y una práctica preocupante para aquellos que buscan la verdad.
No están de acuerdo con la doctrina cristiana tradicional
Por último, cabe destacar que los Cristadelfianos no están de acuerdo con la doctrina cristiana tradicional en varios aspectos fundamentales. Sus creencias divergentes sobre la deidad de Jesucristo, la salvación por obras, la naturaleza del Espíritu Santo, la existencia del alma y el infierno, entre otras, los apartan de la fe cristiana ortodoxa y los sitúan dentro del ámbito de las sectas.
Si bien es cierto que cada persona tiene derecho a tener sus propias convicciones religiosas, es importante reconocer que las creencias de los Cristadelfianos se desvían significativamente de lo que ha sido aceptado por la iglesia cristiana a lo largo de los siglos.
Como cristianos, debemos ser cautelosos al acercarnos a aquellos que abrazan estas creencias erróneas. Es importante estar fundamentados en la Palabra de Dios y tener un conocimiento sólido de las enseñanzas bíblicas, para poder discernir entre la verdad y el error.
Conclusión
Las creencias erróneas de los Cristadelfianos, como su negación de la deidad de Jesucristo, su enseñanza de la salvación por obras, su consideración del Espíritu Santo como una fuerza impersonal, su rechazo de la existencia de un alma inmortal en el hombre, su concepto erróneo del infierno y su distorsión de las enseñanzas bíblicas básicas, los apartan significativamente de la doctrina cristiana tradicional.
Es importante tener en cuenta estas controversias doctrinales y estar alerta ante cualquier enseñanza que se aleje de las Sagradas Escrituras. Como creyentes, debemos buscar la verdad en la Palabra de Dios y estar dispuestos a examinar nuestras propias creencias a la luz de esta verdad absoluta.