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En Juan 14:12, Jesús hace una afirmación bastante sorprendente: aquellos que crean en Él harán obras aún más grandes que las que Él hizo. Esta declaración ha generado muchas interpretaciones y debates a lo largo de los siglos en la comunidad cristiana. Algunos creen que Jesús se refiere a milagros individuales realizados por los creyentes, mientras que otros interpretan esta afirmación en un sentido más amplio. En este artículo, exploraremos las diferentes interpretaciones de Juan 14:12, analizaremos la diversidad de dones entre los cristianos y examinaremos cómo podemos prepararnos para hacer obras mayores que Jesús.
Interpretación de Juan 14:12 sobre las obras mayores que Jesús
La afirmación de Jesús en Juan 14:12 ha sido objeto de interpretación y debate a lo largo de los años. Algunos creen que Jesús se refería a milagros individuales realizados por los creyentes, mientras que otros argumentan que se refiere a la extensión del ministerio de Jesús a través de sus seguidores. Para entender mejor esta afirmación, es necesario analizar el contexto en el que se pronunció y considerar otras declaraciones similares hechas por Jesús durante su ministerio.
En el contexto de Juan 14, Jesús está consolando a sus discípulos antes de su partida. Les asegura que no los dejará solos y promete enviar al Espíritu Santo para que los guíe y los capacite. En esta conversación, Jesús dice: «De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago también las hará él; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre» (Juan 14:12). Esta declaración es una promesa para sus seguidores de que no solo harían las obras que Él hizo, sino que también harían obras aún más grandes.
Al considerar esta afirmación, es importante tener en cuenta que Jesús no está hablando necesariamente de milagros individuales realizados por los creyentes, sino de algo mucho más amplio. Para comprender mejor lo que Jesús quiso transmitir, es útil analizar otras palabras y acciones de Jesús durante su ministerio.
Diversidad de dones entre los cristianos
Los cristianos creen que el Espíritu Santo otorga diferentes dones a diferentes personas. Esto significa que no todos los creyentes tendrán la capacidad de hacer milagros como Jesús. Sin embargo, esto no significa que algunos creyentes no puedan hacer obras aún más grandes en otros aspectos. Los dones espirituales son diversos y se manifiestan de diferentes maneras en la comunidad cristiana.
Algunos creyentes pueden tener el don de la enseñanza y pueden influir en la vida de muchas personas a través de su palabra. Otros pueden tener el don de la compasión y pueden hacer una diferencia significativa en la vida de los necesitados. Otros pueden tener el don de la sabiduría y pueden guiar a otros en la toma de decisiones difíciles. Estos son solo algunos ejemplos de los muchos dones que el Espíritu Santo otorga a los creyentes.
Por lo tanto, cuando Jesús habla de hacer obras aún más grandes que las que Él hizo, no se refiere necesariamente a milagros individuales, sino a la diversidad de dones y a la manera en que cada creyente puede hacer una contribución única y significativa al Reino de Dios.
Extensión del ministerio de Jesús a través de sus seguidores
Otra forma de entender la afirmación de Jesús en Juan 14:12 es considerar la extensión del ministerio de Jesús a través de sus seguidores. Durante su ministerio terrenal, Jesús predicó el evangelio, sanó a los enfermos, liberó a los oprimidos y reveló el amor y la misericordia de Dios al mundo. Sin embargo, su ministerio fue limitado en tiempo y espacio.
Después de su partida, Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para que sus discípulos continuaran su ministerio. En Hechos 1:8, les dice: «Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra». Esta promesa se cumplió en el día de Pentecostés, cuando los discípulos recibieron el Espíritu Santo y comenzaron a predicar el evangelio con poder y autoridad.
A lo largo de la historia, el ministerio de Jesús se ha extendido a través de sus seguidores. Miles de hombres y mujeres han dedicado sus vidas a la predicación del evangelio, a la atención de los necesitados y a la construcción del Reino de Dios en la tierra. Han llevado el mensaje de salvación a diferentes partes del mundo y han realizado obras que impactan las vidas de millones de personas.
Por lo tanto, cuando Jesús habla de hacer obras aún más grandes que las que Él hizo, puede referirse a la extensión de su ministerio a través de sus seguidores y al impacto duradero que sus obras han tenido en la historia de la humanidad.
Promesa de respuesta a las oraciones en el nombre de Jesús
En Juan 14:13-14, Jesús también promete responder a las oraciones hechas en su nombre. Dice: «Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré». Esta es otra afirmación sorprendente realizada por Jesús y ha sido motivo de confusión y debate en la comunidad cristiana.
Algunos creen que esta promesa significa que podemos pedir cualquier cosa en el nombre de Jesús y Él la cumplirá. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta promesa está condicionada a que nuestras peticiones estén de acuerdo con la voluntad de Dios y estén en línea con su carácter y propósito.
En otras palabras, cuando oramos en el nombre de Jesús, estamos reconociendo que Él es nuestro mediador y Señor, y que buscamos su voluntad y su gloria en nuestras vidas. Nuestras oraciones deben estar basadas en una relación íntima con Dios y en una comprensión de su carácter y propósito. Cuando oramos en línea con la voluntad de Dios, podemos confiar en que Él responderá nuestras oraciones de acuerdo a su sabiduría y amor.
Así, Jesús nos anima a orar con fe y confianza en su nombre, sabiendo que Dios escucha nuestras oraciones y que su respuesta será siempre en nuestro mejor interés y para su gloria.
La continuidad de la obra de Dios a través de los cristianos
Una forma de entender la afirmación de Jesús en Juan 14:12 es considerar la continuidad de la obra de Dios a través de los cristianos. Jesús inició una obra redentora en la tierra y invitó a sus seguidores a ser parte de ella.
Los cristianos son llamados a ser testimonio del amor y la gracia de Dios en el mundo. Somos llamados a amar a nuestro prójimo, a perdonar a aquellos que nos han hecho mal, a buscar la justicia y la paz, y a difundir el mensaje de salvación a todos los rincones de la tierra.
Cuando vivimos en obediencia a la voluntad de Dios y en comunión con el Espíritu Santo, nos convertimos en canales a través de los cuales Dios obra en el mundo. Nuestras acciones, palabras y testimonios pueden tener un impacto duradero en la vida de las personas y pueden contribuir a la construcción del Reino de Dios en la tierra.
Por lo tanto, cuando Jesús habla de hacer obras aún más grandes que las que Él hizo, puede referirse a la continuidad de la obra de Dios a través de los cristianos y a la oportunidad que tenemos de ser parte activa en la transformación del mundo.
Implicaciones y desafíos de hacer obras mayores que Jesús
La afirmación de Jesús en Juan 14:12 plantea algunas implicaciones y desafíos para los cristianos. Si somos llamados a hacer obras aún más grandes que las que Jesús hizo, necesitamos reflexionar sobre nuestra responsabilidad y nuestra respuesta a este llamado.
En primer lugar, necesitamos reconocer que no podemos hacer obras más grandes que Jesús por nuestra propia fuerza o habilidad. Solo podemos hacerlo a través del poder del Espíritu Santo que mora en nosotros. Necesitamos depender de Dios y confiar en su dirección y guía en todas nuestras acciones.
En segundo lugar, necesitamos estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y a enfrentar los desafíos que la obra de Dios nos presenta. Esto puede implicar enfrentar la oposición y la persecución, sacrificar nuestros propios deseos y comodidades, y renunciar a nuestra voluntad para obedecer la voluntad de Dios.
En tercer lugar, necesitamos tener una actitud de humildad y servicio. Jesús nos enseñó que el mayor en el Reino de los cielos es aquel que se humilla como un niño y que su vida está dedicada al servicio de los demás. La verdadera grandeza está en servir a los demás y en ayudar a los necesitados.
Finalmente, necesitamos perseverar en nuestra fe y en la confianza en Dios, incluso en medio de las dificultades y los obstáculos. El camino de hacer obras más grandes que Jesús puede ser duro y exigente, pero podemos confiar en que Dios es fiel y nos dará las fuerzas y el coraje para perseverar.
Ejemplos de cristianos que han realizado grandes obras en la historia
A lo largo de la historia, ha habido numerosos ejemplos de cristianos que han realizado grandes obras en el nombre de Jesús. Estos hombres y mujeres han dejado un impacto duradero en el mundo y han dejado un legado de fe y servicio.
Un ejemplo notable es el apóstol Pablo, quien dedicó su vida a predicar el evangelio a los gentiles y a establecer iglesias en diferentes partes del mundo. Su ministerio ha influido en la vida de millones de personas y su epístolas son una fuente de inspiración y enseñanza para los cristianos de hoy.
Otro ejemplo es la misionera Amy Carmichael, quien dedicó su vida al cuidado de las niñas en la India. Fundó un hogar para rescatar a las niñas de la prostitución y del abuso, y su ministerio ha tenido un impacto significativo en la vida de muchas personas.
También podemos mencionar a Martin Luther King Jr., quien luchó por los derechos civiles de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos. Su fe en Jesús y su dedicación a la justicia y la igualdad inspiraron a millones de personas y han dejado un legado de cambio y transformación.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos cristianos que han realizado grandes obras en la historia. Su vida y su testimonio nos inspiran a seguir sus pasos y a buscar maneras de hacer una diferencia en el mundo en el nombre de Jesús.
Cómo los cristianos pueden prepararse para hacer obras mayores que Jesús
Si deseamos prepararnos para hacer obras mayores que Jesús, hay varias cosas que podemos hacer. En primer lugar, necesitamos cultivar una relación profunda con Dios a través de la oración, el estudio de la Palabra y la comunión con el Espíritu Santo. Solo a través de una relación íntima con Dios podemos conocer su voluntad y recibir dirección y guía en nuestras vidas.
En segundo lugar, necesitamos desarrollar y utilizar los dones y talentos que Dios nos ha dado. Cada creyente tiene habilidades y capacidades únicas que pueden ser utilizadas para la gloria de Dios. Necesitamos identificar nuestros dones espirituales y buscar oportunidades para usarlos en el servicio de los demás.
En tercer lugar, necesitamos estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y a enfrentar los desafíos que la obra de Dios nos presenta. Esto puede implicar tomar riesgos, enfrentar la oposición y renunciar a nuestra voluntad para obedecer la voluntad de Dios.
Finalmente, necesitamos estar dispuestos a ser guiados por el Espíritu Santo en todas nuestras acciones y decisiones. Necesitamos estar abiertos a la dirección de Dios y a estar dispuestos a obedecer incluso cuando no entendamos el propósito o el resultado final.
Prepararse para hacer obras mayores que Jesús requiere una entrega total a Dios, una dependencia del Espíritu Santo y una disposición para servir y obedecer en todas las circunstancias.
Conclusión y reflexión sobre las enseñanzas de Jesús en Juan 14:12
La afirmación de Jesús en Juan 14:12 de que aquellos que crean en Él harán obras aún más grandes que las que Él hizo plantea muchas interrogantes y retos para los cristianos. Sin embargo, también nos da una gran esperanza y nos anima a buscar una vida de fe y servicio en el nombre de Jesús.
La interpretación de esta afirmación puede variar según la perspectiva y las creencias de cada individuo. Algunos pueden interpretarlo en un sentido más literal, creyendo que los creyentes pueden hacer milagros individuales como Jesús. Otros pueden interpretarlo en un sentido más amplio, creyendo que los creyentes pueden extender el ministerio de Jesús a través de sus dones y talentos únicos.
Independientemente de cómo interpretemos esta afirmación, lo que es claro es que Jesús nos llama a ser sus seguidores comprometidos y a continuar su obra en el mundo. Esto implica vivir una vida de fe y obediencia, depender del Espíritu Santo y buscar la voluntad de Dios en todas nuestras acciones.
Como cristianos, tenemos la responsabilidad y el privilegio de ser instrumentos en las manos de Dios para hacer una diferencia en el mundo. Podemos hacer obras aún más grandes que las que Jesús hizo al usar nuestros dones, talentos y recursos para bendición de otros y para la gloria de Dios.
En última instancia, la afirmación de Jesús en Juan 14:12 nos desafía a buscar una vida de fe y servicio más profunda, a confiar en Dios en todas las circunstancias y a buscar la manera de hacer una diferencia en el mundo en el nombre de Jesús.