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En la carta a los Colosenses, el apóstol Pablo escribe a una comunidad de creyentes para transmitirles un mensaje importante. En este texto, se encuentran revelados diversos misterios que tienen que ver con la persona y la obra de Jesucristo. Uno de los aspectos clave de esta carta es la petición de Pablo de abrir puertas para predicar el mensaje de Cristo. A través de una exégesis detallada de Colosenses 4:3, podemos entender el profundo significado de este misterio y cómo esta revelación transforma la vida de los creyentes. En este artículo, exploraremos los diferentes aspectos del misterio de Cristo y su impacto en nuestras vidas.
La petición de Pablo: abrir puertas para predicar el mensaje de Cristo
En Colosenses 4:3, Pablo hace una petición a la comunidad de creyentes en Colosas. Les insta a orar para que Dios les abra puertas para predicar el mensaje de Cristo. Esta petición revela la importancia que para Pablo tiene la difusión del evangelio y el deseo de compartir la verdad de Jesucristo con todos los que se encuentran en su camino. Esta tarea no es fácil, pues implica superar obstáculos y resistencias, pero Pablo confía en el poder de Dios para abrir las puertas necesarias para la proclamación del mensaje redentor de Cristo.
El misterio revelado en Colosenses 4:3
En este pasaje, Pablo menciona el «misterio de Cristo» que ha sido revelado a través de su predicación y enseñanza. Pero, ¿qué significa este misterio?
El misterio de Cristo es la revelación de la presencia de Cristo en los creyentes. Es la comprensión de que, mediante la fe, Cristo viene a habitar en cada corazón y obra en la vida de quienes le reciben. Esta realidad trascendental es un misterio que no puede ser plenamente comprendido por la mente humana, pero que puede ser experimentado y vivido por aquellos que abren su corazón a Jesús.
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El misterio de la presencia de Cristo en los creyentes
La presencia de Cristo en los creyentes es un misterio profundo y asombroso. Es algo que va más allá de la mera creencia intelectual en Jesús como el Hijo de Dios. Es la experiencia real y tangible de tener una relación personal con Cristo, de sentir Su amor y Su gracia transformadora en nuestra vida diaria.
Esta presencia de Cristo en nosotros es lo que nos capacita para vivir de acuerdo con los mandamientos y enseñanzas de Jesús. Es lo que nos da fortaleza para resistir la tentación y para perseverar en medio de las dificultades. Es lo que nos concede la paz y la esperanza en medio de circunstancias adversas.
La esperanza de gloria que tenemos en Cristo
El misterio de la presencia de Cristo en los creyentes nos ofrece también una esperanza maravillosa: la esperanza de gloria. Esta esperanza se encuentra en la promesa de la vida eterna y la comunión eterna con Dios en Su reino.
En Cristo, somos participantes de Su gloria y recibimos Su herencia como hijos e hijas de Dios. Somos llamados a vivir con la esperanza y la confianza de que un día estaremos con Él en plenitud, gozando de la presencia de Dios por toda la eternidad.
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Otros misterios mencionados por Pablo en otras cartas
A lo largo de sus escritos, Pablo menciona otros misterios de Dios que también son dignos de explorar. En su carta a los Romanos, habla del misterio de la dureza parcial de Israel y cómo esto está relacionado con el plan divino de salvación para todas las naciones (Romanos 11:25-26). En la misma carta, menciona el misterio de la resurrección y cómo esto transforma nuestra realidad presente y futura (Romanos 6:5-11).
En la carta a los Efesios, Pablo habla del misterio de la unidad de los creyentes en Cristo y cómo esto es un reflejo de la unidad trinitaria de Dios (Efesios 3:4-6). También menciona el misterio de la iglesia como el cuerpo de Cristo y cómo cada miembro tiene una función específica en este cuerpo (Efesios 3:9-11).
La importancia y singularidad del misterio de Cristo
Aunque estos otros misterios mencionados por Pablo son significativos, ninguno de ellos se compara con la importancia y singularidad del misterio de Cristo. Este misterio revela la esencia misma de nuestra fe cristiana: la obra de Cristo en la cruz, Su resurrección y Su presencia en nosotros a través del Espíritu Santo.
El misterio de Cristo nos muestra la profundidad del amor de Dios hacia nosotros y la gracia abundante que Él nos otorga. En este misterio, encontramos la respuesta a nuestras preguntas más profundas y la solución a nuestros anhelos más profundos. Es a través de Cristo y Su misterio que somos reconciliados con Dios y restaurados a nuestra verdadera identidad como hijos e hijas amados por Él.
Tal vez te interesaEl nuevo mandamiento en el Nuevo Testamento: ¿Cuál es?El gozo de conocer el amor y la gracia de Jesús
Conocer el misterio de Cristo nos llena de gozo, porque en él encontramos el verdadero significado y propósito de nuestra existencia. A través de la obra redentora de Jesús, podemos experimentar el perdón de nuestros pecados, la liberación de nuestras cargas y la transformación de nuestras vidas.
El misterio de Cristo nos revela un amor infinito e incondicional que trasciende nuestras limitaciones y fallos. Nos muestra que no hay pecado tan grande que no pueda ser perdonado, ni herida tan profunda que no pueda ser sanada por la gracia de Dios. En este misterio, encontramos esperanza, consuelo y fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida.
El plan de Dios desde el principio: la gracia hacia nosotros
El misterio de Cristo no es una ocurrencia accidental o incidental en la historia de la humanidad. Es parte del plan eterno y soberano de Dios desde el principio. Desde antes de la creación del mundo, Dios ya había decidido, en Su amor y gracia infinitos, enviar a Su Hijo Jesucristo para reconciliarnos con Él y restaurarnos a una relación íntima con Él.
La gracia de Dios es el fundamento de este misterio. A través de la gracia, somos hechos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Por la gracia, recibimos la fe para creer en Jesús como nuestro Salvador y el Espíritu Santo para guiarnos y fortalecernos en nuestra caminata cristiana.
Conclusión
El misterio de Cristo, revelado en Colosenses y en toda la Escritura, es una realidad que trasciende nuestra comprensión y nuestra experiencia humana. Es un misterio lleno de amor, gracia y esperanza. Nos invita a adentrarnos cada vez más en la profundidad del amor de Dios y a experimentar la plenitud de vida que solo se encuentra en la persona y el trabajo de Jesucristo. En este misterio, encontramos la clave para vivir una vida llena de gozo, propósito y significado. Así que, oremos para que Dios abra puertas para predicar el mensaje de Cristo y llevar este misterio revelado a aquellos que aún no lo conocen.