El día de la crucifixión de Jesús es uno de los temas que ha generado un intenso debate entre los teólogos y eruditos bíblicos a lo largo de la historia. Aunque la mayoría de los cristianos aceptan comúnmente que Jesús fue crucificado en un viernes, existe un número significativo de personas que defienden los argumentos de que la crucifixión tuvo lugar en un jueves o incluso un miércoles. Estos puntos de vista se basan en diversas interpretaciones de los pasajes bíblicos y en la comprensión del calendario judío de la época. En este artículo, exploraremos los argumentos de cada uno de estos días de crucifixión y cómo afecta nuestra fe cristiana en la muerte y resurrección de Jesús.
Argumento del viernes como día de la crucifixión
El punto de vista más comúnmente aceptado es que Jesús fue crucificado en un viernes. Esto se debe a varias razones, una de las cuales es la referencia bíblica al «día de preparación» antes del sábado (Mateo 27:62, Marcos 15:42, Lucas 23:54, Juan 19:31). Según la ley judía, el sábado comenzaba al atardecer y se consideraba un día sagrado de descanso. Por lo tanto, Jesús fue crucificado durante el día de preparación para el sábado, que sería un viernes.
Además, la Biblia también menciona que Jesús resucitó en el primer día de la semana, que corresponde al domingo (Mateo 28:1, Marcos 16:2, Lucas 24:1, Juan 20:1). Si Jesús hubiera sido crucificado en un jueves o miércoles, no habría pasado tres días y tres noches en la tumba antes de su resurrección, como él mismo predijo (Mateo 12:40).
Pasajes bíblicos y calendarios judíos
Los defensores del viernes como día de la crucifixión argumentan que la traducción correcta del término griego «prosabbaton» en los evangelios se refiere al día de preparación antes del sábado, es decir, el viernes. Además, señalan que el calendario judío de aquel tiempo también respalda esta interpretación, ya que el sábado era considerado como el séptimo día de la semana.
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Aunque hay algunos desafíos para conciliar algunas referencias bíblicas con la crucifixión en un viernes, el punto de vista del viernes como día de la crucifixión es ampliamente aceptado por la mayoría de los cristianos.
Argumento del jueves como día de la crucifixión
Algunos teólogos y eruditos bíblicos argumentan que Jesús fue crucificado en un jueves y no en un viernes. Su principal sustento se basa en la interpretación del pasaje en el Evangelio de Lucas 23:54, que menciona el día de la crucifixión como el día de preparación antes del sábado.
Estos defensores argumentan que el sábado mencionado en este contexto no se refiere al sábado semanal, sino a un día especial de reposo, conocido como «sábado alto» o «gran sábado». Según sus estudios, este sábado alto se celebraba anualmente en la festividad de la Pascua, independientemente del día de la semana en que cayera.
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Interpretación de pasajes bíblicos y calendarios judíos
Los defensores del jueves como día de crucifixión sostienen que esta interpretación se alinea con el calendario judío de la época y la forma en que se celebraban las festividades. Argumentan que Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos el día de la Pascua judía, que siempre se celebraba el 14 de Nisán según el calendario judío.
En este punto de vista, Jesús fue crucificado al día siguiente de la Última Cena, que sería el día 15 de Nisán, el jueves de esa semana. Sostienen que esta interpretación permite que se cumplan los tres días y tres noches en la tumba antes de la resurrección de Jesús, tal como él predijo (Mateo 12:40).
Si bien este punto de vista es menos ampliamente aceptado que el del viernes, sus defensores argumentan que su interpretación de los pasajes bíblicos y calendarios judíos ofrece una comprensión más precisa de la cronología de los eventos relacionados con la muerte y resurrección de Jesús.
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Un punto de vista menos común, pero aún defendido por algunos estudiosos, sostiene que Jesús fue crucificado en un miércoles. Este argumento se basa en la interpretación del pasaje en Mateo 12:40, donde Jesús dice que estará «tres días y tres noches en el corazón de la tierra».
Los defensores de esta postura argumentan que si Jesús hubiera sido crucificado en un viernes, no habría pasado tres días y tres noches en la tumba antes de su resurrección en el domingo por la mañana. Sin embargo, si asumimos que Jesús fue crucificado en un miércoles, entonces los tres días y tres noches en el sepulcro se cumplirían.
Interpretación de pasajes bíblicos y calendarios judíos
Los defensores del miércoles como día de crucifixión argumentan que esta interpretación es apoyada por la cronología de los eventos descritos en los evangelios. Citando pasajes bíblicos como Mateo 26:2 y Mateo 26:17, sostienen que Jesús celebró la Última Cena en un martes por la noche, el día 14 de Nisán según el calendario judío.
Siguiendo esta línea de pensamiento, Jesús fue crucificado al día siguiente de la Última Cena, que sería un miércoles. De acuerdo con su interpretación, Jesús habría pasado tres días completos en la tumba antes de su resurrección en el domingo por la mañana.
Si bien este punto de vista es el menos aceptado entre los cristianos, sus defensores argumentan que ofrece una mayor consistencia con la declaración de Jesús sobre los tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
Importancia de la muerte y resurrección de Jesús en la fe cristiana
Más allá de las diferencias en la interpretación del día específico de la crucifixión, es importante centrarse en el significado y la importancia de la muerte y resurrección de Jesús en la fe cristiana. La crucifixión de Jesús fue el evento central que demostró el amor de Dios por la humanidad y el sacrificio redentor que hizo posible la salvación.
La Biblia enseña que Jesús murió en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados y abrirnos el camino hacia la reconciliación con Dios. Su resurrección es la prueba de que la muerte no tiene poder sobre él y que tenemos la esperanza de la vida eterna en él.
Independientemente del día exacto en que Jesús fue crucificado, nuestra fe se basa en la verdad de su muerte y resurrección. Creer en él como nuestro Salvador y confiar en su obra redentora es lo que nos salva, no la comprensión específica del cronograma de los eventos.
Confianza en la salvación independientemente del día exacto de la crucifixión
En última instancia, la confianza en la salvación y la fe en Jesús no dependen del día exacto en que fue crucificado. Nuestra salvación viene a través de creer en él como nuestro Salvador y confesar nuestra fe en él.
La muerte y resurrección de Jesús son eventos fundamentales en la fe cristiana, y su significado no se ve afectado por el día específico en que ocurrieron. Lo importante es creer en Jesús, confiar en su obra redentora y vivir una vida que refleje su amor y enseñanzas.
Aunque es interesante explorar los diferentes puntos de vista sobre el día de la crucifixión de Jesús y las diversas interpretaciones de los pasajes bíblicos y calendarios, no debemos permitir que estas diferencias nos dividan o nos distraigan de lo más importante: nuestra relación con Dios a través de Jesús.
El día exacto de la crucifixión de Jesús sigue siendo tema de debate entre los teólogos y eruditos bíblicos. Mientras que algunos sostienen que fue en un viernes, otros argumentan que fue en un jueves o miércoles. Cada posición tiene su base en la interpretación de los pasajes bíblicos y los calendarios judíos de la época.
Sin embargo, más allá de estas diferencias, lo más importante es la creencia en la muerte y resurrección de Jesús como el evento central en la fe cristiana. La crucifixión de Jesús fue el sacrificio redentor que hizo posible nuestra salvación y su resurrección es la prueba de su poder sobre la muerte.
Nuestra fe en Jesús y nuestra confianza en su salvación no dependen del día exacto en que fue crucificado. Lo más importante es creer en él como nuestro Salvador, confiar en su obra redentora y vivir una vida que refleje su amor y enseñanzas. ¡Eso es lo que realmente importa!