La Biblia y su referencia a la ley y los profetas

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El concepto de «la ley y los profetas» es una referencia clave en la Biblia. En la tradición hebrea, se refiere al Antiguo Testamento, que es considerado como la revelación divina de Dios al pueblo judío. Jesús mismo menciona en varias ocasiones «la ley y los profetas», y comprende su importancia en su enseñanza. En este artículo, exploraremos el significado de «la ley y los profetas» en la Biblia, las referencias bíblicas que hacen alusión a este concepto, y cómo Jesús cumplió la ley y los profetas. Además, analizaremos la relación entre la ley, los profetas y la venida de Jesús, las categorías de libros en el Antiguo Testamento, y las enseñanzas basadas en la ley y los profetas. Finalmente, destacaremos el mensaje de esperanza y salvación que encontramos en la ley y los profetas, y ofreceremos algunas conclusiones sobre esta referencia en la Biblia.

Significado de «la ley y los profetas» en la Biblia

El término «la ley y los profetas» se utiliza en la Biblia para referirse a la totalidad del Antiguo Testamento, la parte de las Sagradas Escrituras que registra la revelación de Dios antes de la venida de Jesús. La ley se refiere a los primeros cinco libros de la Biblia, también conocidos como el Pentateuco o la Torá, que fueron escritos por Moisés. Estos libros contienen la ley y los mandamientos que Dios dio al pueblo de Israel, estableciendo las bases para su relación y obediencia a Dios. Por otro lado, los profetas incluyen una amplia gama de libros que registran los mensajes y las profecías de los profetas, quienes fueron elegidos por Dios para transmitir su palabra y advertir al pueblo de Israel sobre su comportamiento y acciones.

Referencias bíblicas sobre «la ley y los profetas»

La Biblia está llena de referencias a «la ley y los profetas». Jesús mismo habló de ellos en varias ocasiones, demostrando su conocimiento y respeto por las enseñanzas contenidas en estas escrituras sagradas. En el Evangelio de Mateo, Jesús menciona «la ley y los profetas» al responder a la pregunta sobre cuál es el mandamiento más grande. Él responde diciendo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas» (Mateo 22:37-40). Aquí, Jesús resume la esencia de «la ley y los profetas» en la importancia del amor a Dios y al prójimo.

En el Sermón del Monte, Jesús enfatiza que no ha venido a abolir la ley o los profetas, sino a cumplirlos. Él declara: «No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir» (Mateo 5:17). Jesús muestra que su misión no es anular o desacreditar las enseñanzas contenidas en «la ley y los profetas», sino más bien llevarlas a su plenitud y cumplimiento. A lo largo de su ministerio, Jesús enseñó siguiendo los principios y enseñanzas de «la ley y los profetas», mostrando una profunda comprensión de su significado y relevancia para la vida de los creyentes.

Otro ejemplo claro de la importancia de «la ley y los profetas» en la enseñanza de Jesús se encuentra en el relato de los discípulos en el camino de Emaús. Después de la resurrección de Jesús, dos de sus seguidores estaban caminando tristes y desanimados. Jesús se les acerca y les explica todas las cosas que se habían escrito sobre Él en las Escrituras, comenzando por la Ley de Moisés y los Libros de los Profetas. Aquí vemos cómo Jesús muestra cómo Él es la culminación de todo lo que se ha revelado en «la ley y los profetas», y cómo todas las profecías y promesas apuntan a su persona y obra redentora. Esta conversación con los discípulos sirve como un testimonio poderoso de cómo Jesús interpreta y cumple «la ley y los profetas» en su ministerio.

El cumplimiento de la ley y los profetas en Jesús

Jesús es el cumplimiento de «la ley y los profetas». A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús trae cumplimiento a las promesas y profecías contenidas en estas escrituras sagradas. En Mateo 5:17, Jesús declara que no ha venido a abolir la ley y los profetas, sino a cumplirlos. Él es la personificación de la ley y los profetas, y su vida es el cumplimiento de todas las promesas y enseñanzas contenidas en estas escrituras.

La ley contenida en el Antiguo Testamento señala al pecado humano y establece los estándares de Dios para la justicia y la santidad. Sin embargo, nadie podía cumplir perfectamente la ley, lo que revelaba la necesidad de un Salvador. Jesús, como el Hijo de Dios y el Mesías prometido, vivió una vida perfecta y sin pecado, cumpliendo todas las exigencias de la ley. Como el único ser humano completamente sin pecado, Jesús era el único calificado para ser el sacrificio perfecto que redimiría a la humanidad del pecado y restauraría la relación con Dios.

Los profetas, por otro lado, cumplieron su función como mensajeros de Dios al anunciar y proclamar su mensaje al pueblo de Israel. Sin embargo, también predicaron sobre la venida del Mesías, quien cumpliría todas las profecías y promesas relacionadas con la salvación. Jesús es el cumplimiento de estas profecías, como se puede ver en su nacimiento virginal, su ministerio milagroso, su muerte en la cruz, y su resurrección de entre los muertos. En cada aspecto de la vida y obra de Jesús, vemos cómo Él cumple y da cumplimiento a las profecías de los profetas del Antiguo Testamento.

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La importancia de «la ley y los profetas» en la enseñanza de Jesús

«La ley y los profetas» ocupan un lugar central en la enseñanza de Jesús. Él no solo menciona repetidamente su importancia, sino que también enseña basándose en sus principios y enseñanzas. En el Sermón del Monte, Jesús aborda varios temas relacionados con la ley y los profetas, y los interpreta y amplía para mostrar su verdadero significado y aplicación.

Jesús enseña sobre temas como el amor al prójimo, el perdón, el divorcio, el juramento y la venganza. En cada uno de estos temas, Jesús no solo destaca los mandamientos de la ley, sino que también muestra una dimensión más profunda y radical de cumplimiento y aplicación. Por ejemplo, Jesús dice: «Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al mal; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra» (Mateo 5:38-39). Aquí, Jesús va más allá de la simple observancia externa de la ley, llamando a sus seguidores a vivir en un espíritu de amor y perdón, incluso hacia sus enemigos.

Enseña sobre la importancia de amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo, y resume toda la ley y los profetas en estos dos mandamientos (Mateo 22:37-40). Jesús enfatiza que la observancia externa de la ley no es suficiente; lo que realmente importa es el corazón y la actitud hacia Dios y hacia los demás. Jesús enseña una interpretación más profunda y espiritual de la ley y los mandamientos, llamando a sus seguidores a una relación íntima con Dios y una transformación interna que se refleje en sus acciones y actitudes hacia los demás.

La relación entre la ley, los profetas y la venida de Jesús

La conexión entre la ley, los profetas y la venida de Jesús es fundamental en la narrativa bíblica. Desde el principio, Dios estableció la ley y eligió a los profetas para guiar y enseñar a su pueblo. La ley fue dada a través de Moisés en el monte Sinaí, y posteriormente, los profetas fueron comisionados por Dios para transmitir su palabra y llamar al arrepentimiento y la obediencia.

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Los profetas no solo advirtieron al pueblo de Israel sobre el juicio inminente debido a su desobediencia, sino que también proclamaron la venida del Mesías y la esperanza de la salvación. En este sentido, «la ley y los profetas» apuntan hacia el cumplimiento y la plenitud de todas las promesas y profecías relacionadas con la venida de Jesús. Jesús es el Mesías prometido, y su venida representa el cumplimiento de todas las esperanzas y anhelos expresados ​​en la ley y los profetas.

Jesús mismo establece esta conexión cuando enseña a los discípulos en el camino de Emaús. Les explica cómo Él es el cumplimiento de todas las cosas escritas sobre Él en «la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos» (Lucas 24:44). Aquí vemos cómo Jesús interpreta las Escrituras y muestra cómo todas las profecías y promesas centradas en su persona.

La venida de Jesús representa el cumplimiento y la realización de la ley y los profetas. Él es el Mesías prometido que cumple todas las profecías y promesas relacionadas con la salvación. A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús establece un nuevo pacto con la humanidad, basado en la gracia y el perdón de Dios. En Cristo, encontramos la plenitud de la ley y los profetas, y la oportunidad de tener una relación íntima con Dios y experimentar la salvación.

Categorías de libros en el Antiguo Testamento: la ley y los profetas

El Antiguo Testamento está dividido en varias categorías de libros, y uno de los sistemas más comunes es la división entre «la ley» y «los profetas». La ley se refiere a los primeros cinco libros de la Biblia, también conocidos como la Torá o el Pentateuco. Estos libros incluyen Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y contienen las leyes y mandamientos que Dios dio al pueblo de Israel a través de Moisés en el monte Sinaí. Estas leyes abarcan una amplia gama de temas, desde las regulaciones sobre el culto y el culto hasta la moral y la ética, y establecen las bases para la relación y la obediencia del pueblo de Israel hacia Dios.

Por otro lado, la categoría de «los profetas» incluye una variedad de libros que registran los mensajes y las profecías de los profetas elegidos por Dios. Estos libros incluyen profetas mayores, como Isaías, Jeremías y Ezequiel, y profetas menores, como Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías. Estos profetas fueron llamados por Dios para transmitir su palabra y advertir al pueblo de Israel sobre su comportamiento y acciones. También proclamaron el juicio venidero y anunciaron la esperanza de un Mesías que vendría a regir y establecer un nuevo orden.

En este sentido, «la ley y los profetas» abarcan todo el Antiguo Testamento, desde Génesis hasta Malaquías. Estos libros contienen la revelación y la enseñanza de Dios para su pueblo, estableciendo los cimientos para la comprensión de la relación entre Dios y la humanidad, así como las promesas de una redención y una salvación futura.

Las enseñanzas de Jesús basadas en la ley y los profetas

Como se ha mencionado anteriormente, Jesús basó gran parte de su enseñanza en la ley y los profetas. Él citó las Escrituras y las interpretó para revelar su verdadero significado y aplicación. En el Sermón del Monte, Jesús enseñó sobre una serie de temas, incluido el cumplimiento de la ley y los profetas, el amor al prójimo, el perdón y la justicia. Mencionó los mandamientos de la ley y los amplió para mostrar la dimensión más profunda y espiritual de su cumplimiento.

Enseñó sobre el amor al prójimo, enfatizando que esto es fundamental para toda la ley y los profetas (Mateo 22:39). Mostró la importancia de no solo abstenerse de cometer actos pecaminosos, sino también de tener una actitud de amor y compasión hacia los demás. Jesús también enseñó sobre el perdón, instando a sus seguidores a perdonar no solo una vez, sino setenta veces siete (Mateo 18:21-22). Enseñó que ser justos y cumplir con la ley no es suficiente; también debemos tener un corazón perdonador y estar dispuestos a perdonar a los demás.

Además, Jesús enseñó sobre la justicia y la ley, mostrando que el cumplimiento de la ley no se trata solo de seguir las reglas externas, sino también de tener una actitud de justicia y rectitud. Por ejemplo, en Mateo 5:20, Jesús declara: «Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos». Jesús enseñó que la verdadera justicia va más allá de las apariencias externas y se trata de una transformación interna y una actitud de amor y obediencia hacia Dios y hacia los demás.

Estas enseñanzas de Jesús basadas en la ley y los profetas se caracterizan por su profundidad y radicalidad. Jesús interpreta y amplía las enseñanzas de la ley y los profetas para mostrar sus verdaderas implicaciones y aplicaciones en la vida diaria. Él llama a sus seguidores a una obediencia más profunda y auténtica, basada en el amor y el perdón, y un corazón transformado que busca la justicia y la rectitud.

El mensaje de esperanza y salvación en la ley y los profetas

A lo largo de «la ley y los profetas», encontramos un mensaje constante de esperanza y salvación. Desde el principio, Dios expresa su amor y su deseo de tener una relación íntima con su pueblo. A través de la ley, Dios establece los parámetros de esta relación y presenta al pueblo de Israel un camino hacia la vida y la bendición.

Sin embargo, la ley también muestra la incapacidad del pueblo para cumplir plenamente sus requisitos y la necesidad de un Salvador. A medida que los profetas transmiten el mensaje de Dios, señalan la necesidad de arrepentimiento y el anuncio de un Mesías que vendrá a redimir y salvar al pueblo de Israel. Estas profecías y promesas apuntan a Jesús, quien cumple y da cumplimiento a todo lo que se ha escrito en «la ley y los profetas».

El mensaje de esperanza y salvación en «la ley y los profetas» se centra en la obra de Jesús. A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús ofrece la salvación a todos los que confían en Él. Él se convierte en el sacrificio perfecto que redime a la humanidad del pecado y restaura la relación con Dios. En Jesús, encontramos el camino hacia la vida eterna y la promesa de la esperanza de una nueva creación.

El mensaje de esperanza y salvación en «la ley y los profetas» se extiende más allá de la vida presente. Promete un futuro donde la justicia prevalecerá, donde Dios habitará con su pueblo y donde no habrá más llanto ni dolor. En Revelación 21:4, se nos dice: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron». El mensaje de esperanza y salvación en «la ley y los profetas» apunta hacia esta vida futura, donde todas las promesas de Dios se cumplirán plenamente.

Conclusiones sobre la referencia a la ley y los profetas en la Biblia

«La ley y los profetas» es una referencia importante en la Biblia que se refiere al Antiguo Testamento, la parte revelada de Dios antes de la venida de Jesús. Esta referencia abarca tanto la ley dada por Dios a través de Moisés como los mensajes y las profecías transmitidas por los profetas elegidos por Dios. Jesús enseñó basándose en la ley y los profetas, demostrando su cumplimiento en su vida, muerte y resurrección.

Jesús estableció una relación íntima entre él mismo, «la ley y los profetas». Él no vino a abolir la ley y los profetas, sino a cumplirlos, mostrando cómo todas las promesas y profecías apuntaban a su persona y obra redentora. A lo largo de su ministerio, Jesús enseñó a sus seguidores a vivir de acuerdo con los principios y enseñanzas de la ley y los profetas, destacando la importancia del amor a Dios y al prójimo, el perdón y la justicia.

«la ley y los profetas» representan la revelación y la enseñanza de Dios en el Antiguo Testamento. A través de estas escrituras sagradas, encontramos el mensaje de esperanza y salvación, que es cumplido en Jesús. Él es el cumplimiento de todas las promesas y profecías relacionadas con la venida del Mesías, y su vida y obra establecen un nuevo pacto con la humanidad. En Cristo, encontramos la plenitud de la ley y los profetas, y la oportunidad de tener una relación íntima con Dios y experimentar la salvación.

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