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El evangelismo es una tarea desafiante pero gratificante, especialmente cuando se trata de testificar a los mormones. Comprender su visión única de la salvación y la justificación es esencial para poder comunicar el mensaje del evangelio de una manera significativa y efectiva. En este artículo, exploraremos cómo acercarnos a los mormones y cómo mostrarles su necesidad de la gracia redentora de Cristo. Descubriremos cómo el temor y la búsqueda de perfección en la mente de los mormones influyen en su espiritualidad y cómo podemos ayudarlos a encontrar la verdadera paz y seguridad en Jesús.
Comprendiendo la visión mormona de salvación y justificación
Los mormones creen en un sistema de salvación basado en sus propios esfuerzos y obras. Según su enseñanza, la salvación solo puede obtenerse a través de la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión y la obediencia a los mandamientos y ordenanzas del evangelio restaurado. Para los mormones, la justificación es un proceso continuo en el que uno debe seguir avanzando en su vida espiritual para mantenerse dignos ante Dios.
Sin embargo, debemos recordar que la salvación y la justificación bíblica difieren significativamente de la perspectiva mormona. La Biblia nos enseña que somos salvos por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo, no por nuestras obras (Efesios 2:8-9). La justificación es un acto legal de Dios por el cual nos declara justos y perdonados de nuestros pecados solo por la fe en Cristo (Romanos 3:24-26).
El temor y la búsqueda de perfección en la mente de los mormones
Los mormones viven con un temor constante de no ser suficientemente buenos para alcanzar la exaltación celestial. Este temor proviene de la búsqueda de la perfección que se les enseña desde temprana edad. Los mormones creen que deben ser perfectos y guardar todos los mandamientos de Dios para ser considerados dignos ante Él. Sin embargo, este énfasis en la perfección muchas veces lleva a sentimientos de inadecuación y un constante estado de estrés espiritual.
Este temor y estrés pueden abrir puertas para compartir el verdadero evangelio con los mormones. Podemos mostrarles que la verdadera paz y seguridad solo se encuentran en la obra terminada de Jesús en la cruz. Les podemos mostrar que Cristo cumplió perfectamente la ley y llevó nuestros pecados para que podamos ser justificados por su justicia imputada a nosotros.
La clave para alcanzar a los mormones: mostrarles su incapacidad para ser dignos ante Dios
Una de las claves para alcanzar a los mormones es mostrarles su incapacidad para ser dignos ante Dios por sus propios esfuerzos. Debemos entender que los mormones se esfuerzan constantemente por cumplir con los mandamientos y ordenanzas del evangelio restaurado, pero debemos recordarles que ni siquiera un esfuerzo sincero por estar a la altura de las expectativas de Dios es suficiente para obtener la salvación.
Debemos confrontar su falsa creencia de que pueden alcanzar la exaltación celestial a través de sus obras y demostrarles que la justicia de Dios no puede ser alcanzada por los seres humanos. La Palabra de Dios nos enseña claramente que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Debemos mostrarles que su búsqueda de perfección solo lleva a una vida de esclavitud espiritual y que solo a través de Jesús pueden encontrar verdadera libertad y paz con Dios.
Intercambio de pecados por la justicia de Cristo como única manera de ser considerados justos por Dios
Es fundamental resaltar el intercambio de nuestros pecados por la justicia de Cristo como el único camino para ser considerados justos ante Dios. Debemos recordarles que Jesús murió en la cruz para pagar completamente la pena de nuestros pecados y que por medio de la fe en Él somos declarados justos.
Cuando los mormones entienden que no pueden salvarse a sí mismos y que sus obras no son suficientes, se abre la puerta para presentarles la gracia de Dios en Jesucristo. Debemos mostrarles que la salvación es un regalo gratuito que se recibe mediante la fe, y que todo lo que necesitamos hacer es confiar en Cristo como nuestro Salvador personal.
La importancia de ser diligentes en proclamar la verdad
Testificar a los mormones puede ser un proceso prolongado y desafiante. Requiere paciencia, amor y perseverancia. Es importante ser diligentes en proclamar la verdad del evangelio a los mormones, incluso cuando enfrentamos obstáculos y resistencia. Debemos estar dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en el discipulado, y estar abiertos a sus preguntas y dudas.
El primer paso para alcanzar a los mormones es la oración. Debemos pedir a Dios sabiduría y discernimiento al tener conversaciones con ellos. También debemos recordar que nuestra tarea es sembrar la semilla y confiar en que Dios es quien da el crecimiento. Nuestro papel es presentar la verdad de manera clara y amorosa, y dejar el resultado en las manos de Dios.
Confianza en Dios y en el Espíritu Santo para transformar los corazones de los mormones perdidos
Aunque es nuestro deber proclamar el evangelio a los mormones, no podemos transformar sus corazones por nosotros mismos. Debemos confiar en Dios y en el Espíritu Santo para abrir sus ojos espirituales y revelarles la verdad de su necesidad del Salvador. Solo el Espíritu Santo puede convencer a los mormones de su pecado, de la justicia de Cristo y del juicio venidero (Juan 16:8).
Nuestro deber es estar disponibles y dispuestos a ser instrumentos en las manos de Dios para alcanzar a los mormones con el amor de Cristo. Debemos mostrarles que hay esperanza, perdón y gracia en Jesús, independientemente de sus esfuerzos por mantenerse dignos. Debemos mostrarles cómo Jesús cumplió perfectamente la ley y murió en su lugar para que puedan ser justificados.
Conclusión
A través de la comprensión de la visión mormona de salvación y justificación, el reconocimiento del temor y búsqueda de perfección que existe en la mente de los mormones, la presentación de su incapacidad para ser dignos ante Dios, el énfasis en el intercambio de pecados por la justicia de Cristo, la importancia de ser diligentes en proclamar la verdad y la confianza en Dios y el Espíritu Santo para transformar los corazones de los mormones, podemos estar equipados para testificar a los mormones de una manera efectiva y amorosa. Recordemos que nuestra labor es sembrar la semilla, confiar en Dios y dejar el resto en sus manos soberanas. Confiemos en que el Señor obrará en los corazones de los mormones perdidos, y sigamos siendo fieles a la gran comisión de proclamar el evangelio a todas las naciones, incluyendo a nuestros hermanos y hermanas mormones.
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