La comunión según la Biblia: lo que dice y lo que Jesús enseñó, es un tema de vital importancia para los creyentes cristianos. La comunión, también conocida como la cena del Señor o la mesa del Señor, tiene un origen y significado profundo que se remonta a la Última Cena, donde Jesús instituyó esta ordenanza. A través de los elementos del pan y la copa, la comunión simboliza la comunión con Cristo y la unidad entre los creyentes. En este artículo exploraremos detalladamente qué dice la Biblia sobre la comunión y qué enseñó Jesús al respecto.
Origen y significado de la comunión según la Biblia
La comunión tiene su origen en la Última Cena, donde Jesús compartió una comida con sus discípulos antes de ser entregado a la crucifixión. Durante esta cena, Jesús instituyó la comunión como una manera de recordar su sacrificio redentor. Los elementos utilizados en la comunión, el pan y la copa, simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo. Al participar en la comunión, los creyentes están recordando y proclamando la muerte de Jesús hasta que él vuelva.
La Última Cena: La institución de la comunión por Jesús
La institución de la comunión por Jesús ocurrió durante la celebración de la Pascua judía. Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo» (Mateo 26:26). Luego tomó la copa, la bendijo y se la dio a sus discípulos, diciendo: «Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para perdón de los pecados» (Mateo 26:27-28). Jesús dejó claro que estos elementos representan su cuerpo y su sangre, que serían entregados en la cruz para la redención de la humanidad.
Los elementos de la comunión: El pan y la copa
El pan y la copa son los elementos principales de la comunión. El pan representa el cuerpo de Cristo, que fue partido por nosotros. La copa representa su sangre, que fue derramada por la remisión de nuestros pecados. Estos elementos son símbolos tangibles que nos ayudan a recordar el sacrificio de Jesús y a afirmar nuestra fe en él.
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La comunión es un símbolo de nuestra comunión con Cristo. Al participar en la comunión, estamos recordando y renovando nuestra relación con él. El pan y la copa nos recuerdan que somos parte del cuerpo de Cristo y que tenemos comunión con él. Nos invitan a recordar su sacrificio y a mostrar nuestro agradecimiento por su amor y gracia.
La comunión como expresión de unidad entre los creyentes
La comunión también es un símbolo de la unidad entre los creyentes. Al participar en la comunión, estamos recordando que somos parte de la familia de Dios y que estamos unidos en Cristo. Como dice la Biblia, «pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3:27-28). Al compartir el pan y la copa, estamos proclamando nuestra unidad en Cristo y nuestra fraternidad como hijos de Dios.
La importancia de tomar la comunión con reverencia y examinando el corazón
Tomar la comunión con reverencia es de vital importancia. La Biblia nos enseña que debemos examinarnos a nosotros mismos antes de participar en la comunión. El apóstol Pablo escribió en 1 Corintios 11:28: «Examine cada uno a sí mismo, y así coma del pan, y beba de la copa». Esta admonición nos recuerda que debemos acercarnos a la comunión con un corazón sincero y arrepentido, reconociendo nuestros pecados y confiando en la gracia de Dios para perdonarnos.
Advertencia bíblica sobre tomar la comunión de manera irresponsable o indigna
La Biblia también nos advierte sobre tomar la comunión de manera irresponsable o indigna. En 1 Corintios 11:29, Pablo nos dice: «Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí». La comunión debe ser tomada con reverencia y respeto, reconociendo la importancia del cuerpo y la sangre de Cristo. Si participamos en la comunión de manera indiscriminada o sin discernimiento, estamos profanando el sacrificio de Jesús y enfrentamos las consecuencias de nuestro comportamiento irresponsable.
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La comunión nos recuerda constantemente el sacrificio redentor de Cristo. Al participar en la comunión, estamos recordando su muerte en la cruz, su sangre derramada por nosotros y su cuerpo partido por nuestros pecados. Es un momento para reflexionar sobre el amor inmenso de Dios y su gracia abundante que nos fue otorgada a través de Jesús. A través de la comunión, somos confrontados con la realidad de nuestro pecado y con la infinita misericordia de Dios.
La anticipación de la comunión eterna en el reino de Dios
La comunión también nos lleva a anticipar la comunión eterna en el reino de Dios. Como creyentes, estamos esperando con ansias el día en que nos uniremos a Cristo y compartirá con nosotros en su reino. La comunión nos recuerda que este tiempo de espera es temporal y que estamos siendo preparados para un banquete celestial con nuestro Salvador. Es un recordatorio de que nuestra esperanza no se encuentra en este mundo, sino en la vida eterna que nos espera en la presencia eterna de Dios.
Conclusiones sobre la comunión según la Biblia y las enseñanzas de Jesús
La comunión es una ordenanza establecida por Jesús durante la Última Cena. A través de los elementos del pan y la copa, la comunión simboliza la comunión con Cristo y la unidad entre los creyentes. Es un recordatorio del sacrificio redentor de Cristo y una anticipación de la comunión eterna en el reino de Dios. La comunión debe ser tomada con reverencia y examinando el corazón, evitando la participación irresponsable o indigna. La comunión según la Biblia y las enseñanzas de Jesús nos invita a recordar, celebrar y anticipar la obra redentora de Cristo en nuestras vidas. Es un momento sagrado que nos une como comunidad de creyentes y fortalece nuestra relación con Dios.
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