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La unción bíblica es un concepto que tiene un significado profundo y una gran importancia en la vida cristiana. A lo largo de la Biblia, se hace referencia a la unción como un acto ceremonial en el cual se utiliza aceite para ungir a una persona o un objeto con el fin de apartarlo para un propósito sagrado. Esta práctica tiene un simbolismo poderoso y representa la elección y el llamado divino.
En el Antiguo Testamento, la unción era un rito utilizado para ungir reyes, sacerdotes y profetas. El aceite de la unción, que se mezclaba con especias finas, representaba la presencia y el poder de Dios sobre la persona o el objeto ungido. Era una manera de consagrarlos y apartarlos para llevar a cabo la voluntad de Dios.
La unción en el Antiguo Testamento: ungir reyes, sacerdotes y profetas
En el Antiguo Testamento, encontramos numerosos pasajes que hablan sobre la unción de reyes, sacerdotes y profetas. Uno de los ejemplos más conocidos es el de David, quien fue ungido por el profeta Samuel para ser rey de Israel. Samuel tomó un cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de David, simbolizando así su elección y apartamiento por parte de Dios.
El aceite de la unción también se utilizaba para ungir a los sacerdotes. En Éxodo 29:7, Dios da instrucciones precisas sobre cómo realizar la unción de Aarón y sus hijos, quienes servirían como sacerdotes en el tabernáculo. El aceite de la unción se derramaba sobre sus cabezas, evidenciando su consagración y su cercanía con Dios.
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La única forma de llegar al cielo es a través de JesúsAdemás de los reyes y los sacerdotes, los profetas también eran ungidos en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Elías unge a Eliseo como su sucesor en 1 Reyes 19:16. Esta unción simbolizaba la transferencia del poder y la autoridad que Dios había dado a Elías, a Eliseo.
Jesucristo, el Ungido de Dios
El término «Cristo» significa «Ungido», y se refiere a Jesucristo como el Mesías prometido en las Escrituras. Jesús es el Ungido de Dios, aquel a quien Dios ha apartado y ha ungido con el poder y la autoridad divina.
En el Nuevo Testamento, se hace referencia a la unción de Jesús en varios pasajes. Por ejemplo, Lucas 4:18 cita a Jesús citando a Isaías 61:1, diciendo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres». Aquí vemos que Jesús es ungido por el Espíritu Santo para llevar a cabo su misión terrenal.
La unción en el Nuevo Testamento: los creyentes y el Espíritu Santo
En el Nuevo Testamento, la unción ya no se realiza con aceite, sino con el Espíritu Santo. Cuando una persona se convierte en creyente y entrega su vida a Jesucristo, recibe la unción del Espíritu Santo. Esto significa que el Espíritu Santo viene a morar en ella y la capacita para vivir una vida santa y llevar a cabo la obra de Dios.
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La unidad en Cristo: Todos somos uno (Gálatas 3:28)La unción del Espíritu Santo es un regalo de Dios para todo creyente. En 1 Juan 2:20, se nos dice: «Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas». Esto significa que, como creyentes, tenemos el Espíritu Santo viviendo en nosotros y tenemos la capacidad de entender y discernir la verdad de Dios.
Relación entre la unción y la sanidad
La unción bíblica también está relacionada con la sanidad. En el Nuevo Testamento, encontramos varios pasajes que hablan sobre la unción con aceite para la sanidad física y espiritual de las personas.
En Santiago 5:14-15, se nos dice: «¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará».
La unción con aceite en este contexto es un símbolo de la presencia y el poder sanador de Dios. No es el aceite en sí mismo lo que sana, sino la fe en el poder de Dios y la oración de fe. La unción con aceite es simplemente una expresión física de esa fe y una manera de recordar que es Dios quien sana.
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La unción también se menciona en relación con la práctica de la oración en la Biblia. En Marcos 6:13, Jesús envía a sus discípulos a predicar, y «expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban».
La unción con aceite en este contexto es un acto de fe y dependencia de Dios. Es una expresión tangible de la presencia y el poder de Dios en la vida de las personas. Al ungir con aceite a los enfermos y orar por ellos, los discípulos reconocían que solo Dios podía traer sanidad y liberación.
La enseñanza carismática y la búsqueda de experiencias nuevas
En los últimos tiempos, la enseñanza carismática ha llevado la unción bíblica más allá de lo que dice la Escritura. Algunos líderes carismáticos promueven una búsqueda de experiencias nuevas y fascinantes, presentando la unción como un medio para obtener poderes sobrenaturales y manifestaciones espectaculares.
Es importante ser cautelosos ante estas enseñanzas y recordar que la unción no se trata de buscar nuevas experiencias o poderes extraordinarios. Es un acto divino de apartamiento y capacitación para llevar a cabo la voluntad de Dios. Todas las manifestaciones del Espíritu Santo deben estar en línea con las Escrituras y centrarse en glorificar a Dios y edificar a la iglesia.
La importancia de recordar que los creyentes ya tienen el Espíritu Santo
En medio de la búsqueda de nuevas experiencias y manifestaciones carismáticas, es fundamental recordar que los creyentes ya tienen el Espíritu Santo. No necesitamos buscar una nueva unción o una experiencia adicional para ser aceptados por Dios o para ser capacitados para servirle.
Efesios 1:13-14 nos dice: «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria».
Cuando creemos en Jesucristo, somos sellados con el Espíritu Santo. Esta es una realidad espiritual y una garantía de nuestra herencia en Cristo. No necesitamos buscar una nueva unción, sino vivir una vida llena del Espíritu Santo y dejar que su poder y su guía nos capaciten para llevar a cabo la obra de Dios.
Conclusión: La bendición de la unción y su lugar en la vida cristiana
La unción bíblica es un rito sagrado que tiene un significado y una importancia profunda en la vida cristiana. En el Antiguo Testamento, la unción se utilizaba para ungir reyes, sacerdotes y profetas, y en el Nuevo Testamento, los creyentes reciben la unción del Espíritu Santo al entregar sus vidas a Jesucristo.
La unción nos recuerda que somos escogidos y apartados por Dios, y nos capacita para llevar a cabo su obra en el mundo. Nos conecta con la presencia y el poder de Dios, y nos capacita para vivir una vida santa y obediente.
Es importante recordar que los creyentes ya tienen el Espíritu Santo y no necesitan buscar una nueva unción. Debemos vivir en dependencia y obediencia al Espíritu Santo, permitiendo que Él nos guíe y nos capacite para llevar a cabo la obra de Dios en nuestras vidas.
La unción bíblica es un regalo maravilloso de Dios que nos capacita y nos llena de su presencia y poder. No debemos buscar nuevas experiencias o poderes sobrenaturales, sino vivir una vida llena del Espíritu Santo y permitir que Él nos guíe y nos capacite para cumplir su propósito en nuestras vidas.
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