La venida del Hijo del Hombre en los días de Noé (Mateo 24:37)

En Mateo 24:37, Jesús habla sobre la venida del Hijo del Hombre, comparándola con los días de Noé en el Antiguo Testamento. En esta enseñanza, Jesús nos llama a estar preparados y alertas para su regreso, ya que como en los días de Noé, su venida será repentina e inesperada. A lo largo de este artículo, exploraremos el contexto bíblico de Mateo 24:37, la comparación con los días de Noé, el llamado a estar preparados, las señales de los tiempos, la importancia de vivir con urgencia y aprovechar el tiempo para servir a Dios. Al final, entenderemos la importancia de estar preparados para la venida del Hijo del Hombre en los días de Noé.

El Contexto Bíblico

Para entender plenamente el significado de Mateo 24:37, es necesario examinar el contexto bíblico en el que Jesús habla. Este pasaje se encuentra en el discurso conocido como el Discurso del Monte de los Olivos, donde Jesús enseña acerca de los últimos tiempos y su segunda venida.

En Mateo 24:3, los discípulos se acercan a Jesús y le preguntan cuáles serán las señales de su venida y del fin de los tiempos. Jesús comienza su respuesta advirtiendo a sus discípulos de falsos mesías y enseñándoles sobre las señales que precederán a su venida. Es en este contexto que Jesús compara su venida con los días de Noé en Mateo 24:37.

La Comparación con los Días de Noé

En Mateo 24:37, Jesús dice: «Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre». Esta comparación nos brinda una visión de cómo será la venida de Jesús. En los días de Noé, la humanidad estaba inmersa en la maldad y la corrupción, y vivían despreocupados de las advertencias divinas.

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Del mismo modo, en los días previos a la venida del Hijo del Hombre, Jesús nos advierte que veremos un aumento en la maldad y la corrupción en el mundo. La humanidad estará distraída y vivirá sin prestar atención a las señales de su venida. En ambos casos, la llegada de Dios será inesperada e impactante, tomando por sorpresa a aquellos que no están preparados.

El Llamado a Estar Preparados

En Mateo 24:42, Jesús continúa su enseñanza y nos llama a estar preparados para su venida: «Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor». Esta exhortación nos recuerda la importancia de vivir en un estado de constante vigilancia y preparación.

Jesús nos insta a estar atentos a las señales de los tiempos y a vivir de manera diligente, sabiendo que su regreso puede ocurrir en cualquier momento. Estar preparados implica vivir una vida en comunión con Dios, guardando sus mandamientos y manteniendo nuestros corazones y mentes enfocados en Él.

Es crucial recordar que la preparación no se trata solo de conocimiento intelectual o estar al tanto de las señales de los tiempos, sino de un compromiso y una relación personal con Jesús. Es a través de esta relación que seremos capaces de discernir las señales de su venida y vivir en obediencia a su voluntad.

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Las Señales de los Tiempos

Jesús nos da varias señales que nos indican que su venida está cerca. Algunas de estas señales incluyen guerras y rumores de guerras, terremotos, hambrunas y pestes (Mateo 24:6-7). Además, Jesús nos advierte sobre la aparición de falsos mesías y falsos profetas, así como de la persecución de los creyentes.

Estas señales nos revelan que vivimos en un mundo caído y alejado de Dios. Sin embargo, también nos animan a no desanimarnos, sino a estar firmes en nuestra fe y a mantenernos vigilantes. Las señales de los tiempos nos recuerdan que el regreso de Jesús es inminente y nos instan a estar preparados y a vivir con urgencia.

La Importancia de Vivir con Urgencia

Jesús deja claro en su enseñanza que no debemos ser negligentes en nuestra vida espiritual ni vivir en la comodidad y la indiferencia. El llamado es a vivir con urgencia, aprovechando cada momento para buscar a Dios, servir a los demás y proclamar el evangelio.

Vivir con urgencia implica dar prioridad a las cosas eternas sobre las temporales, colocando a Dios en el centro de nuestra vida y confiando en su guía y dirección. Significa estar dispuestos a renunciar a nuestras propias comodidades y deseos para seguir a Jesús y hacer su voluntad.

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La venida del Hijo del Hombre en los días de Noé nos recuerda que la vida en este mundo es transitoria y que nuestra verdadera esperanza se encuentra en el reino de Dios. Por lo tanto, no debemos desperdiciar nuestro tiempo en preocupaciones mundanas, sino invertirlo en actividades que traigan gloria a Dios y promuevan su reino.

Aprovechando el Tiempo para Servir a Dios

Jesús nos anima a aprovechar el tiempo que se nos ha dado para servir a Dios y hacer su voluntad. En Mateo 24:45, Jesús habla de un siervo fiel y prudente que es puesto a cargo de los demás siervos del amo mientras este está ausente. Este siervo es bendecido porque utiliza sabiamente el tiempo y los recursos que le han sido confiados.

De manera similar, como seguidores de Jesús, se nos ha dado una responsabilidad de servir a Dios y a los demás mientras esperamos su venida. Debemos ser buenos administradores de los dones y talentos que Dios nos ha dado y usarlos para su gloria.

Esto implica buscar oportunidades para compartir el amor de Dios con los demás, ayudar a los necesitados, predicar el evangelio y hacer discípulos. Debemos aprovechar cada oportunidad que se nos presente para ser luz en medio de la oscuridad y llevar esperanza a un mundo que necesita desesperadamente el amor de Dios.

Conclusión: La Venida del Hijo del Hombre en los Días de Noé

La venida del Hijo del Hombre en los días de Noé es una realidad que no podemos ignorar. Jesús nos advierte que su regreso será tan repentino como lo fue el diluvio en los días de Noé. Por lo tanto, es esencial estar preparados y alertas, viviendo con urgencia y aprovechando el tiempo para servir a Dios y cumplir su voluntad.

Las señales de los tiempos nos recuerdan que el regreso de Jesús está cerca y nos instan a vivir en santidad y consagración a Dios. No debemos ser indiferentes ni descuidados en nuestra vida espiritual, sino estar firmes en nuestra fe y vivir en obediencia a la Palabra de Dios.

Que podamos tomar en serio el llamado de Jesús a estar preparados y a vivir con urgencia mientras esperamos su venida. Que podamos aprovechar cada momento, cada oportunidad y cada recurso que Dios nos ha dado para servirle y glorificar su nombre.

Recordemos siempre que nuestra esperanza se encuentra en Jesús, el Hijo del Hombre, quien vendrá en gloria y majestad para reunir a su pueblo y establecer su reino eterno. Vivamos, pues, con la certeza de su venida y la confianza de que aquellos que le esperan serán reunidos con Él para siempre. Amén.