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El pecado de comisión es una forma en la que los seres humanos transgredimos la voluntad de Dios a través de nuestras acciones. A diferencia del pecado de omisión, que se refiere al no hacer lo que sabemos que es correcto, el pecado de comisión implica tomar acciones intencionales o no intencionales que son contrarias a los mandamientos divinos.
Significado del pecado de comisión
El pecado de comisión implica la acción deliberada de hacer algo que sabemos que está mal según la Palabra de Dios. Es una violación directa de los principios y mandamientos que Dios nos ha dado para vivir una vida justa y santificada. Cuando cometemos pecado de comisión, estamos eligiendo activamente desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos y caprichos.
Diferencia entre pecado de comisión y pecado de omisión
Es importante comprender la diferencia entre el pecado de comisión y el pecado de omisión. El pecado de omisión se refiere a la falta de acción en hacer lo que sabemos que es correcto y está de acuerdo con la voluntad de Dios. Por otro lado, el pecado de comisión implica la acción directa de hacer algo que sabemos que está mal y es contrario a los mandamientos y principios bíblicos.
Ejemplos de pecados de comisión en la Biblia
La Biblia está llena de ejemplos de pecados de comisión cometidos por personas que fallaron en seguir la voluntad de Dios. Uno de los ejemplos más conocidos es el pecado de Adán y Eva al comer del fruto prohibido en el Jardín del Edén. A través de su desobediencia, traspasaron los límites establecidos por Dios y experimentaron las consecuencias del pecado en la humanidad.
Otros ejemplos de pecados de comisión en la Biblia incluyen el asesinato de Abel por parte de Caín, el adulterio de David con Betsabé y la traición de Judas al entregar a Jesús a las autoridades religiosas y políticas de su tiempo. Estos ejemplos nos muestran claramente cómo el pecado de comisión puede llevar a graves consecuencias no solo para el individuo que lo comete, sino también para aquellos que están involucrados en sus consecuencias.
Referencias bíblicas sobre el pecado de comisión
La Palabra de Dios proporciona numerosas referencias sobre el pecado de comisión y sus consecuencias. En Proverbios 6:16-19, se nos habla de siete cosas que Dios considera abominables, entre ellas se encuentra «el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies veloces para correr al mal».
En Romanos 3:23 se nos dice que «todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios». Esto demuestra que todos somos culpables de pecados de comisión y necesitamos el perdón y la redención que solo podemos encontrar a través de Jesús.
También en Romanos 6:23 se nos dice claramente que «la paga del pecado es muerte». Esto significa que hay consecuencias graves para aquellos que cometen pecados de comisión y no buscan el perdón y la reconciliación con Dios.
El perdón y la redención en relación al pecado de comisión
Aunque todos somos culpables de pecados de comisión, la buena noticia es que Dios nos ofrece perdón y redención a través de la fe en Jesús. Como se menciona en Juan 3:16, «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».
Cuando reconocemos nuestro pecado de comisión y nos arrepentimos, podemos acudir a Dios en oración pidiendo su perdón. 1 Juan 1:9 nos asegura que «si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad».
La redención obtenida a través de Jesús nos permite ser restaurados en nuestra relación con Dios y vivir una vida libre de pecados de comisión. No solo somos perdonados, sino que también somos capacitados por el Espíritu Santo para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y evitar caer en la tentación del pecado.
Cómo evitar caer en pecados de comisión
Evitar caer en pecados de comisión requiere de una relación íntima con Dios y un compromiso consciente de vivir una vida en obediencia a sus mandamientos. Aquí hay algunas formas prácticas de evitar caer en pecados de comisión:
1. Estudiar y meditar en la Palabra de Dios: La Biblia nos guía en cómo vivir una vida justa y nos muestra los mandamientos y principios que debemos seguir. Al estudiar y meditar en la Palabra, fortalecemos nuestra fe y entendimiento de lo que agrada a Dios.
2. Orar constantemente: La oración nos conecta con Dios y nos ayuda a desarrollar una relación íntima con Él. Al orar constantemente, estamos en comunión con Dios y somos fortalecidos para resistir las tentaciones del pecado de comisión.
3. Buscar la compañía de otros creyentes: La comunión y el compañerismo con otros creyentes nos brinda fortaleza y apoyo en nuestro caminar espiritual. Al rodearnos de personas que comparten nuestra fe, podemos alentarnos mutuamente a vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios.
4. Poner en práctica el amor y el perdón: El amor y el perdón son fundamentales para vivir una vida libre de pecados de comisión. Al amar y perdonar a los demás, estamos reflejando el amor y el perdón de Dios en nuestras acciones.
5. Evitar las situaciones y personas que nos llevan a pecar: Identificar y evitar las situaciones y personas que nos llevan a pecar es esencial para evitar caer en pecados de comisión. Esto puede implicar tomar decisiones difíciles, pero es fundamental para mantenernos en obediencia a Dios.
La importancia de vivir una vida libre de pecados de comisión
Vivir una vida libre de pecados de comisión es fundamental para los seguidores de Jesús. Como cristianos, somos llamados a ser ejemplos de la fe y vivir de acuerdo con los mandamientos y principios bíblicos. Al hacerlo, estamos honrando a Dios y reflejando su carácter en nuestras vidas.
Además, vivir una vida libre de pecados de comisión nos permite experimentar la plenitud de la vida en Cristo. Al obedecer a Dios, somos bendecidos y capacitados para llevar una vida llena de propósito y significado. También nos permite ser testigos efectivos del amor y la redención de Dios, y compartir el mensaje de salvación con otros.
Conclusiones sobre el pecado de comisión y su relevancia en el cristianismo
El pecado de comisión es una realidad presente en la vida de todos los seres humanos. A través de nuestras acciones, podemos transgredir la voluntad de Dios y desobedecer sus mandamientos. Sin embargo, la buena noticia es que Dios nos ofrece perdón y redención a través de Jesús.
El reconocimiento de nuestros pecados, el arrepentimiento y la entrega a Dios nos permiten experimentar su perdón y restauración. Además, el compromiso de vivir una vida libre de pecados de comisión nos permite experimentar la plenitud de la vida en Cristo y ser testigos efectivos de su amor y redención.
En última instancia, el pecado de comisión y su relevancia en el cristianismo nos recuerda la importancia de vivir en obediencia a Dios y buscar su voluntad en todas nuestras acciones. Al hacerlo, honramos a Dios y vivimos una vida que refleja su carácter amoroso y redentor.