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El encuentro entre Jesús, María y Tomás después de la resurrección es un momento de gran significado en la historia bíblica. En este momento tan especial, Jesús les da instrucciones a ambos sobre cómo tocarlo y cómo abordar su resurrección. A través de estas instrucciones, podemos aprender valiosas lecciones sobre la fe, la confianza y la importancia de creer sin necesidad de pruebas físicas. En este artículo, exploraremos en detalle las instrucciones de Jesús a María y Tomás sobre tocarlo y descubriremos por qué estas palabras son tan significativas para nosotros hoy en día.
Jesús dice a María: «No me toques»
Cuando María vio a Jesús por primera vez después de su resurrección, no pudo contener su alegría y emoción. Como una madre que se reencuentra con su hijo perdido, María corrió hacia Jesús y trató de aferrarse a él. Sin embargo, Jesús le dijo: «No me toques, porque aún no he subido al Padre» (Juan 20:17). Esta declaración puede haber sorprendido y confundido a María, pero hay una razón profunda detrás de ella.
La razón detrás de la instrucción de Jesús a María
Cuando Jesús le dijo a María que no lo tocara, no lo hizo simplemente para evitar su contacto físico. En cambio, su instrucción tenía un significado mucho más profundo y espiritual. Jesús estaba invitando a María a tener una fe más fuerte y a confiar en él sin la necesidad de pruebas tangibles. Jesús quería que María entendiera que su presencia y su amor eran más poderosos que cualquier experiencia física.
Al pedirle a María que no lo tocara, Jesús estaba invitándola a creer en la realidad de su resurrección sin la necesidad de pruebas visibles. Él quería que María dependiera de su fe en lugar de depender de lo que podía ver y tocar. Esta enseñanza es aplicable a nuestras vidas hoy en día. A menudo, nos encontramos buscando pruebas y evidencias tangibles antes de poder creer en algo. Sin embargo, Jesús nos llama a confiar en él y a creer en su amor y su poder sin tener que verlo o tocarlo físicamente.
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Interpretación del Salmo 2:7La importancia de la fe y la confianza en las enseñanzas de Jesús
La instrucción de Jesús a María de no tocarlo nos enseña que la fe y la confianza son elementos clave en nuestra relación con él. Jesús quiere que confiemos en su palabra y creamos en su amor sin necesidad de pruebas físicas. A menudo, nos cuesta creer en lo que no podemos ver o tocar, pero Jesús nos llama a superar esa falta de fe y a confiar en él completamente.
En nuestras vidas diarias, nos enfrentamos a situaciones en las que no podemos ver una solución clara o no podemos entender completamente el plan de Dios. En esos momentos, es importante recordar las instrucciones de Jesús a María y confiar en él, incluso cuando no tengamos pruebas tangibles. La fe es un acto de confianza en Dios y en su Palabra, incluso cuando las circunstancias parecen difíciles o inciertas.
Las bendiciones de confiar en Jesús sin la necesidad de pruebas físicas
Si seguimos las instrucciones de Jesús a María de no tocarlo y confiamos en él sin la necesidad de pruebas físicas, seremos bendecidos de muchas maneras. En primer lugar, disfrutaremos de una relación más profunda y significativa con Jesús. Al depender de nuestra fe en lugar de pruebas visibles, nos acercamos a Jesús de una manera más íntima y personal.
Además, al confiar en Jesús sin la necesidad de pruebas físicas, vivimos una vida de fe audaz y valiente. Nos volvemos capaces de enfrentar desafíos y dificultades con valentía, sabiendo que Jesús está con nosotros y que su poder es más grande que cualquier prueba que podamos enfrentar. Cuando confiamos en Jesús más allá de lo visible y tangible, nos abrimos a experimentar su gracia y su amor en formas asombrosas.
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Las instrucciones de Jesús a María sobre no tocarlo son un recordatorio para nosotros de la importancia de la fe y la confianza en nuestra relación con él. Jesús nos insta a creer en su amor y su poder sin tener que verlo o tocarlo físicamente. Al confiar en él, abrimos las puertas a bendiciones más profundas y nos acercamos a él de una manera más íntima. Sigamos las instrucciones de Jesús a María y confiemos en él sin la necesidad de pruebas físicas, sabiendo que su amor y su poder son más que suficientes para nosotros.
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