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El significado de que Jesús cumplió, pero no abolió, la ley de Moisés es de gran importancia para todos los creyentes. Esto demuestra la relación especial que Jesús tenía con la ley, su valoración de la autoridad de la Palabra de Dios y cómo su cumplimiento de la ley nos otorga una libertad única. En este artículo, exploraremos en detalle estos temas y entenderemos cómo nuestra fe en Jesús nos justifica y nos libera de la carga de cumplir la ley por nosotros mismos.
Jesús y su relación con la ley de Moisés
Para entender el significado de que Jesús cumplió la ley de Moisés, es importante analizar su relación con la misma. Jesús, como judío y descendiente de David, estaba completamente familiarizado con la ley y la tenía en gran estima. En Mateo 5:17, Jesús dijo: «No piensen que vine a abolir la Ley o los Profetas; no vine a abolir sino a cumplir». Jesús no solo obedecía la ley en su vida diaria, sino que también enseñaba a sus seguidores a hacer lo mismo.
Esta relación de Jesús con la ley es crucial para entender su papel como el Mesías y el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Jesús vino a cumplir todo lo que estaba predicho sobre Él en la ley y los profetas, como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29) y el Siervo Sufriente de Isaías 53. Su vida y muerte eran el cumplimiento perfecto de las profecías mesiánicas, demostrando así su papel único y su relación especial con la ley.
El cumplimiento de la ley y los profetas por parte de Jesús
El cumplimiento de la ley y los profetas por parte de Jesús va más allá de su mera obediencia externa. Jesús cumplió la ley en su pleno sentido, no solo en sus aspectos exteriores, sino también en su intención y significado más profundos. En su famoso sermón del monte, Jesús enseñó sobre la verdadera justicia que excede la justicia de los escribas y fariseos, y nos mostró cómo se cumple la ley en el corazón y la actitud.
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El significado de que Jesús no tuviera dónde reposar su cabezaJesús dijo: «Han oído que se dijo: ‘No matarás’; pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano quedará sujeto a juicio» (Mateo 5:21-22). Aquí, Jesús va más allá del simple acto de homicidio y nos muestra que la ley tiene que ver con el amor y el respeto por los demás. Su enseñanza sobre el amor al prójimo (Mateo 22:39) es el cumplimiento de la ley en su verdadero sentido.
En otro ejemplo, Jesús dijo: «Han oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’; pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en el corazón» (Mateo 5:27-28). Aquí, Jesús nos muestra que el cumplimiento de la ley va más allá de la mera observancia externa y alcanza incluso nuestros pensamientos y deseos más íntimos.
Estos ejemplos demuestran que Jesús no solo cumplió la ley externamente, sino que también la cumplió en su pleno sentido, revelando su verdadero significado y mostrándonos cómo se aplica en nuestras vidas.
El valor y promoción de la autoridad de la Palabra de Dios por parte de Jesús
La promoción de la autoridad de la Palabra de Dios fue una parte fundamental del ministerio de Jesús. Él enseñó a la gente basándose en la ley y los profetas, y citaba frecuentemente las Escrituras para respaldar sus enseñanzas.
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El significado de que Jesús sea el Rey de reyes y Señor de señoresEn Mateo 4:4, Jesús respondió a las tentaciones del diablo citando la Escritura, diciendo: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Aquí, Jesús nos muestra la importancia de la Palabra de Dios como fuente de vida y sabiduría.
Además, en el sermón del monte, Jesús dijo: «No piensen que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir. Porque en verdad os digo que mientras no pase el cielo y la tierra, ni una letra ni un punto pasará de la Ley hasta que todo se haya cumplido» (Mateo 5:17-18). Con estas palabras, Jesús afirmó claramente la autoridad y vigencia continua de la ley de Moisés.
Jesús también enseñó a sus seguidores a poner en práctica la Palabra de Dios. En Mateo 7:24, dijo: «Así que, el que me oye a mí y hace lo que digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca». Aquí, Jesús nos muestra que la verdadera sabiduría y la vida abundante se encuentran al vivir según la Palabra de Dios y obedecerla.
Por lo tanto, Jesús valoraba y promovía la autoridad de la Palabra de Dios, y nos insta a seguir su ejemplo al vivir de acuerdo con las enseñanzas y mandamientos de las Escrituras.
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El significado de quicken en la Biblia: una definición en profundidadLa relación entre el cumplimiento de la ley por parte de Jesús y nuestra salvación
El cumplimiento de la ley por parte de Jesús es esencial para nuestra salvación. Jesús vino a cumplir la ley perfectamente y a pagar el precio de nuestros pecados en la cruz. Su sacrificio nos otorga la salvación y nos libera de la obligación de cumplir la ley por nosotros mismos.
En Romanos 3:23-24, se afirma: «Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús». Aquí, se nos dice que somos justificados, es decir, declarados justos delante de Dios, no por nuestras obras o cumplimiento de la ley, sino por la gracia de Dios y la redención que se encuentra en Jesús.
En Romanos 10:4, se nos dice: «Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree». Aquí, se nos muestra la relación entre la ley y Jesús como el cumplimiento perfecto de la misma. La ley apuntaba hacia Jesús como el único que podría cumplirla completamente y traer justicia a través de la fe en Él.
Por lo tanto, nuestro cumplimiento de la ley no puede brindarnos salvación, ya que todos somos pecadores y no podemos cumplir la ley en su totalidad. En cambio, nuestra salvación se encuentra en Cristo, quien cumplió la ley en su totalidad y nos ofrece la justificación por medio de la fe en Él.
La libertad obtenida a través del cumplimiento de la ley por parte de Jesús
El cumplimiento de la ley por parte de Jesús nos otorga una libertad única. Por un lado, nos libera del peso de tratar de cumplir la ley por nuestros propios medios. La ley de Moisés era una carga pesada, con numerosos mandamientos y sacrificios que debían ser cumplidos. Sin embargo, Jesús cumplió la ley por nosotros y nos libera de esa obligación.
En Gálatas 5:1, se nos dice: «Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por lo tanto, permaneced firmes y no os sometáis nuevamente a un yugo de esclavitud». Aquí, se nos muestra que Jesús nos ha liberado de la esclavitud de la ley y nos ha dado verdadera libertad.
Además, la libertad obtenida a través del cumplimiento de la ley por parte de Jesús nos permite vivir en obediencia a la ley de Cristo. Como creyentes, no estamos sujetos a la ley de Moisés, pero eso no significa que estemos libres de responsabilidad moral. En cambio, estamos llamados a vivir en obediencia a la ley de Cristo, que es el amor a Dios y al prójimo.
Jesús dijo: «Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros» (Juan 13:34). Aquí, Jesús establece el nuevo estándar de obediencia que debemos seguir como sus seguidores. Vivir en obediencia a la ley de Cristo requiere amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Por lo tanto, la libertad obtenida a través del cumplimiento de la ley por parte de Jesús nos permite vivir en obediencia a la ley de Cristo y experimentar la verdadera libertad que se encuentra en Él.
La distinción entre la ley de Cristo y la ley de Moisés
Es importante hacer una distinción entre la ley de Cristo y la ley de Moisés. La ley de Moisés fue dada específicamente al pueblo de Israel en el contexto de la antigua alianza, mientras que la ley de Cristo es la norma moral para todos los creyentes en todas las épocas.
En Gálatas 6:2, se nos dice: «Carguen los unos con los otros sus dificultades, y así cumplirán la ley de Cristo». Aquí, se nos muestra que la ley de Cristo se basa en el amor y el servicio mutuo. Vivir en obediencia a la ley de Cristo significa amarnos y apoyarnos unos a otros en nuestras dificultades y necesidades.
En contraste, la ley de Moisés incluía una amplia gama de mandamientos ceremoniales y rituales que eran fundamentales para el sistema de culto judío. Estos mandamientos específicos no se aplican directamente a los creyentes, porque Jesús cumplió y completó todas las exigencias de la ley ceremonial.
Es importante comprender esta distinción para evitar caer en legalismo o confusión. Como creyentes, no estamos obligados a cumplir la ley de Moisés en todas sus minucias, pero sí estamos llamados a vivir en obediencia y amor según la ley de Cristo.
La justificación por fe en Jesús en contraste con la obediencia a la ley
La justificación por fe en Jesús es esencial para nuestra relación con Dios y contrasta con la obediencia a la ley. La ley de Moisés podría proporcionar una justificación externa basada en las obras y el cumplimiento de los mandamientos, pero solo la fe en Jesús puede brindarnos una justificación interna y verdadera.
En Romanos 3:28, se nos dice: «Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley». Aquí, se nos muestra claramente que la justificación es por fe, no por obras. No importa cuánto tratemos de cumplir la ley o cuán justos nos consideremos por nuestras obras, nuestra justificación ante Dios solo puede ser por medio de la fe en Jesús.
La obediencia a la ley puede ser un acto externo, pero la justificación por fe en Jesús es un cambio interno que ocurre en nuestro corazón y nos reconcilia con Dios. Efesios 2:8-9 nos dice: «Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe; y esto no de ustedes, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe». Aquí, se nos muestra que nuestra salvación es un regalo de Dios y no algo que podemos ganar por nuestra propia obediencia a la ley.
Por lo tanto, debemos entender que nuestra justificación está basada en la fe en Jesús y no en nuestras obras. Nuestros esfuerzos por cumplir la ley no pueden salvarnos, pero nuestra fe en Jesús nos asegura la justificación y reconciliación con Dios.
Conclusión: El papel de Jesús en el cumplimiento y no abolición de la ley de Moisés
El significado de que Jesús cumplió, pero no abolió, la ley de Moisés es de gran importancia para nuestra fe y comprensión del plan de salvación. Jesús tenía una relación especial con la ley de Moisés, la cual cumplió en su totalidad tanto en su aspecto externo como en su significado interior.
Jesús valoraba y promovía la autoridad de la Palabra de Dios, enseñando a sus seguidores a vivir en obediencia a la ley de Cristo, que se basa en el amor a Dios y al prójimo. Nuestra salvación se encuentra en el cumplimiento perfecto de la ley por parte de Jesús, quien nos justifica por fe y nos libera del peso de tratar de cumplir la ley por nosotros mismos.
La distinción entre la ley de Cristo y la ley de Moisés es esencial para comprender nuestra libertad y responsabilidad como creyentes, y la justificación por fe en Jesús contrasta con la obediencia a la ley. Nuestra fe en Jesús nos asegura la justificación y nos reconcilia con Dios, mientras que nuestros esfuerzos por cumplir la ley solo nos brindan una justificación externa y temporal.
En última instancia, debemos valorar y aprender de la relación de Jesús con la ley de Moisés, reconociendo su cumplimiento perfecto como el cimiento de nuestra fe y el camino hacia la verdadera libertad y salvación.
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