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El velo del templo ha sido objeto de fascinación y especulación desde hace siglos. El significado detrás de su rasgado durante la muerte de Jesús es de suma importancia para entender la revelación divina que se produjo en ese momento trascendental de la historia. En este artículo, exploraremos el trasfondo del velo en el templo de Jerusalén, el evento del velo rasgado, el simbolismo profundo que encierra este acto, así como las implicaciones y la importancia de esta revelación divina para los creyentes en la actualidad.
El velo en el templo de Jerusalén
El templo en Jerusalén era el centro de la vida religiosa judía en tiempos de Jesús. En el Santo Lugar, el lugar más sagrado dentro del templo, se encontraba el Arca del Pacto, donde manifestaba la presencia de Dios. Para proteger la santidad y la pureza del Lugar Santísimo, había un velo colocado que separaba este lugar del resto del templo. Este velo actuaba como una barrera, representando la separación entre Dios y la humanidad debido al pecado.
El velo del templo en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, el velo del templo se menciona en varios pasajes. Uno de ellos se encuentra en el libro del Éxodo, donde se describe a Moisés construyendo el tabernáculo, la estructura portátil que albergaba la presencia de Dios durante la travesía del desierto. En el capítulo 26, versículo 31, se ordena la confección de dicho velo: «Harás también un velo (…) Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, delante del velo, el arca del testimonio; y el velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo.» A partir de este mandato, el velo se convirtió en un elemento central en el culto religioso judío, representando la separación entre Dios y el hombre.
El evento del velo rasgado
El momento más destacado en relación al velo del templo ocurrió durante la muerte de Jesús en la cruz. En los evangelios, se registra el siguiente acontecimiento: «Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron» (Mateo 27:51). Este acto divino del velo que se rasga no solo fue sobrenatural, sino que también tiene un profundo simbolismo que nos revela el propósito redentor de Jesús y el acceso directo a la presencia de Dios.
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El simbolismo tras el velo rasgado
El velo del templo se rasgó de arriba abajo, indicando que fue un acto divino y no resultado de acciones humanas. El rasgado del velo tiene varios significados simbólicos. En primer lugar, representa la apertura del camino a Dios para todas las personas. Anteriormente, solo el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo una vez al año, y solamente con una expiación perfecta de sangre. Sin embargo, con el velo rasgado, todos los creyentes ahora tienen acceso directo a la presencia de Dios a través de Jesús, sin necesidad de intermediarios humanos.
En segundo lugar, el velo rasgado muestra la suficiencia del sacrificio de Jesús por los pecados. En el Antiguo Testamento, la sangre de los animales sacrificados cubría temporalmente los pecados del pueblo, pero nunca los eliminaba por completo. Con la muerte de Jesús en la cruz, su sacrificio perfecto y sin mancha ofreció una expiación completa y eterna por los pecados de la humanidad, permitiendo así que el velo se rasgara y se abriera el camino a la presencia de Dios de forma permanente.
Importancia de la revelación divina tras la muerte de Jesús
La revelación divina que se produjo con el rasgado del velo del templo tiene una importancia trascendental para los creyentes en la actualidad. Este evento marca un cambio radical en la forma de relacionarse con Dios.
El fin del sistema religioso del templo
El rasgado del velo del templo significó el fin del sistema religioso del templo construido por manos humanas. Ya no era necesario seguir los rituales y sacrificios establecidos en la ley mosaica para acercarse a Dios. Ahora, a través de Jesús, todos los creyentes tienen acceso directo a Dios y pueden establecer una relación personal con Él. El templo físico ya no era el lugar principal para el encuentro con Dios, sino que el corazón humano se convierte en el templo del Espíritu Santo, y en cualquier lugar y en cualquier momento se puede tener comunión con Dios.
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Jesús como el único camino hacia Dios
El rasgado del velo del templo también enfatiza la exclusividad de Jesús como el único camino hacia Dios. En Juan 14:6, Jesús afirma: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí». A través de su muerte y resurrección, Jesús abrió el camino para que todos puedan tener acceso a Dios. No hay otra forma de salvación o reconciliación con Dios que no sea a través de la fe en Jesús y en lo que hizo en la cruz.
Libre acceso a la presencia de Dios a través de Jesús
El rasgado del velo del templo brinda a los creyentes un acceso libre y directo a la presencia de Dios. Ya no hay separación entre Dios y el hombre debido al pecado. El camino ha sido abierto, y aquellos que creen en Jesús pueden acercarse confiadamente al trono de la gracia de Dios (Hebreos 4:16). El velo rasgado nos muestra la bondad y la misericordia de Dios al permitirnos tener una relación íntima con Él, y la importancia de buscarlo y experimentar su amor y perdón en nuestras vidas diarias.
Implicaciones para los creyentes en la actualidad
El rasgado del velo del templo y la revelación divina que se produjo con ello tienen implicaciones profundas para los creyentes en la actualidad.
La importancia de la fe en Jesús
Este evento nos enseña la importancia de poner nuestra fe en Jesús como el único mediador entre Dios y los seres humanos. Debemos confiar en su sacrificio en la cruz y en su resurrección como la base de nuestra relación con Dios. No hay ningún otro nombre bajo el cielo dado a los hombres por el cual podamos ser salvos (Hechos 4:12).
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El llamado a la intimidad con Dios
El rasgado del velo nos insta a buscar una relación íntima con Dios a través de Jesús. Ya no estamos limitados por rituales religiosos o por la necesidad de intermediarios humanos. Tenemos la libertad de acercarnos a Dios en cualquier momento y en cualquier lugar, y experimentar su amor, su perdón y su guía en nuestras vidas.
La responsabilidad de compartir el evangelio
El rasgado del velo del templo también nos recuerda nuestra responsabilidad como creyentes de compartir el evangelio con otros. Ahora que el camino a Dios está abierto a través de Jesús, es nuestra responsabilidad proclamar esa verdad y llevar a otros a la salvación en Cristo. Debemos ser portadores de la buena noticia de que todos pueden encontrar perdón, sanidad y vida eterna a través de Jesús.
Conclusiones sobre el velo rasgado y su significado divino
El velo rasgado en el momento de la muerte de Jesús tiene un significado sobrenatural y profundo. Representa la apertura del camino a Dios para todas las personas, la suficiencia del sacrificio de Jesús por los pecados y el fin del sistema religioso del templo. Jesús es ahora el único camino hacia Dios, y a través de él tenemos libre acceso a la presencia del Padre. Este evento tiene implicaciones transformadoras para los creyentes en la actualidad, llamándonos a poner nuestra fe en Jesús, buscar una relación íntima con Dios y compartir el evangelio con otros. El velo rasgado es una revelación divina que nos muestra el amor y la gracia de Dios, y nos invita a experimentar su presencia y salvación en nuestras vidas.