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Ha habido cierta confusión y controversia en torno a la idea de si Jesús descendió al infierno después de su muerte en la cruz. Muchos se preguntan si esto es cierto y si hay evidencia bíblica que respalde esta creencia. En este artículo, exploraremos la enseñanza bíblica sobre el descenso de Jesús al Hades y aclararemos algunas de las ideas erróneas comunes al respecto.
La enseñanza bíblica sobre el descenso de Jesús al Hades
En primer lugar, debemos entender qué enseña la Biblia sobre el descenso de Jesús al Hades. En Mateo 12:40, Jesús mismo habla sobre este evento cuando dice: «Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra». Este versículo nos muestra claramente que Jesús estuvo en el corazón de la tierra por un período de tiempo después de su muerte en la cruz.
Descendió a los infiernos cita bíblica
Además, encontramos más evidencia en el libro de Hechos, donde el apóstol Pedro habla sobre Jesús y dice: «Supuestos, pues, que el rey David dice esto de él: Fui a ver al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua; y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción» (Hechos 2:25-27). Aquí, Pedro está citando un pasaje del Salmo 16:8-11 y aplicándolo a Jesús, afirmando que su alma no fue dejada en el Hades.
Jesús bajó al infierno y le quitó las llaves versículo
En el Apocalipsis encontramos otra referencia al descenso de Jesús al Hades. En Apocalipsis 1:18, Jesús dice: «Yo soy el que vive, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades». Este versículo muestra claramente que Jesús descendió al Hades y le quitó las llaves de la muerte y del Hades, demostrando su poder sobre ellos.
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Jesús es el Arca del Pacto: Descubre su significado y relevanciaLa división entre creyentes y no creyentes en el Hades
La enseñanza bíblica también nos habla de una división entre los creyentes y los no creyentes en el Hades. En Lucas 16:19-31, Jesús cuenta la parábola del rico y Lázaro. En esta parábola, el rico que vivió una vida de lujo y pecado termina en el tormento del Hades, mientras que Lázaro, un mendigo piadoso, es llevado al seno de Abraham, una forma de describir el lugar de descanso de los justos. Esta parábola nos muestra que hay una división clara entre los creyentes y los no creyentes en el Hades.
Jesús bajó al infierno y predicó versículo
Otros versículos que respaldan esta división en el Hades incluyen 1 Pedro 3:18-19, donde se nos dice que Jesús «fue a predicar a los espíritus encarcelados». Esto indica que Jesús llevó la buena noticia del evangelio incluso a aquellos que estaban en el Hades, pero no a los no creyentes, sino a los creyentes del Antiguo Testamento que esperaban su redención.
Jesús llevando a los creyentes consigo al cielo
La Biblia también nos enseña que Jesús llevó a los creyentes consigo al cielo después de su descenso al Hades. En Efesios 4:8-10, el apóstol Pablo escribe: «Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres… El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenar todas las cosas». Aquí, vemos que Jesús ascendió al cielo y llevó consigo a aquellos que creyeron en Él. Esta es una gran esperanza para todos los creyentes, ya que demuestra que no estarán separados de Jesús después de la muerte, sino que estarán unidos con Él en el cielo.
Rechazando la idea de que Jesús fue al infierno para ser castigado por nuestros pecados
A pesar de la enseñanza clara de la Biblia sobre el descenso de Jesús al Hades, debemos rechazar la idea de que Jesús fue al infierno para ser castigado por nuestros pecados. Esta creencia errónea proviene de un malentendido de la obra redentora de Jesús en la cruz. La Biblia enseña que Jesús murió en nuestro lugar, llevando sobre sí nuestros pecados y pagando el precio de nuestra redención. Su muerte en la cruz fue suficiente y completa para nuestra salvación. No es necesario agregar ningún sufrimiento adicional en el infierno para nuestra redención.
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Jesús es la respuesta según la Biblia: ¿Qué significa realmente?La suficiencia de la muerte en la cruz para nuestra redención
En Filipenses 2:8, Pablo nos dice que Jesús se humilló a sí mismo hasta la muerte, y no solo eso, sino que «por último, llegó a ser obediente hasta la muerte, y muerte de cruz». Estas palabras enfatizan la suficiencia de la muerte de Jesús en la cruz para nuestra redención. No hay necesidad de agregar ninguna obra adicional, como descender al infierno, para obtener nuestra salvación. Jesús hizo todo lo necesario en la cruz.
Jesús completando su sufrimiento en nuestro lugar
La muerte en la cruz fue el acto supremo de amor y sacrificio de Jesús. En este acto, Jesús sufrió el castigo que merecíamos por nuestros pecados. No fue necesario que sufra en el infierno, ya que todo el sufrimiento requerido para nuestra redención fue completado en la cruz. Jesús tomó nuestros pecados sobre sí mismo y pagó el precio por ellos con su muerte. No hay necesidad de agregar ningún sufrimiento adicional o castigo en el infierno.
El alma/espíritu de Jesús en el Hades antes de la resurrección y ascensión a la gloria
Después de su muerte en la cruz, Jesús descendió al Hades para estar en comunión con los creyentes del Antiguo Testamento y para llevarlos consigo al cielo. Pero es importante destacar que Jesús no permaneció en el Hades, sino que fue resucitado al tercer día y ascendió al cielo. En Hechos 1:9, leemos que «después de haber hablado estas cosas, mientras ellos miraban, fue llevado arriba, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos». Jesús fue llevado al cielo, a la presencia de Dios, completando así su obra redentora.
Conclusión
La enseñanza bíblica es clara en cuanto al descenso de Jesús al Hades y su posterior ascensión al cielo. Jesús llevó a los creyentes consigo al cielo y demostró su poder sobre la muerte y el Hades al quitarles las llaves. Sin embargo, debemos rechazar la idea de que Jesús fue al infierno para ser castigado por nuestros pecados, ya que su muerte en la cruz fue suficiente y completa para nuestra redención. Jesús completó todo el sufrimiento necesario en nuestro lugar y su alma/espíritu estuvo en comunión con los creyentes en el Hades antes de la resurrección y la ascensión a la gloria. Tenemos la esperanza de que, al creer en Jesús, estaremos unidos con Él en el cielo por toda la eternidad.
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