En el capítulo 23 del Evangelio de Mateo, encontramos un pasaje en el que Jesús pronuncia siete «ayes» sobre los líderes religiosos de su tiempo. Estos «ayes» son palabras de condena hacia los escribas y los fariseos, quienes eran considerados las máximas autoridades religiosas en aquel entonces. En este artículo, exploraremos en detalle estos siete «ayes» y lo que significan en el contexto de Mateo 23. Además, analizaremos cómo estas palabras de Jesús tienen relevancecia en nuestra vida y en la religiosidad actual.
Los siete «ayes» en Mateo 23
El capítulo 23 de Mateo comienza con Jesús dirigiéndose a la multitud y a sus discípulos, advirtiéndoles acerca de los líderes religiosos. Él les dice: «Los escribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen» (Mateo 23:2-3). A partir de aquí, Jesús pronuncia una serie de condenas, cada una comenzando con la palabra «¡Aye!».
Jesús condena la hipocresía de los líderes religiosos
La hipocresía es uno de los pecados más graves que Jesús denuncia en Mateo 23. Él acusa a los líderes religiosos de enseñar la ley de Moisés, pero no practicarla ellos mismos. En el primer «ay» (Mateo 23:13), Jesús dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando». Aquí, Jesús les reprocha por bloquear el camino al reino de los cielos para aquellos que buscan la verdad y la salvación.
Los títulos despectivos de Jesús para los líderes religiosos
Además de los «ayes», Jesús utiliza títulos despectivos para referirse a los líderes religiosos. Les llama «guías ciegos» (Mateo 23:16), enfatizando su falta de visión espiritual y conocimiento de la verdad. También los llama «sepulcros blanqueados» (Mateo 23:27), comparando su apariencia externa de santidad con la realidad interna de su corrupción.
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A lo largo de Mateo 23, Jesús recalca la importancia de obedecer las enseñanzas de los líderes religiosos, ya que ocupan la silla de Moisés, pero advierte en contra de imitar su comportamiento hipócrita. En el segundo «ay» (Mateo 23:15), Jesús dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros». Jesús denuncia la práctica de los líderes religiosos de convertir a las personas superficialmente, pero no transformar sus corazones.
Los siete «ayes» como advertencia contra la hipocresía religiosa actual
Aunque los siete «ayes» pronunciados por Jesús fueron dirigidos a los líderes religiosos de su tiempo, también nos sirven como advertencia en la actualidad. La hipocresía religiosa aún existe en nuestras comunidades y dentro de nuestros propios corazones. Debemos examinarnos a nosotros mismos y asegurarnos de que nuestras acciones y actitudes estén en línea con las enseñanzas de Jesús. Las palabras de Jesús en Mateo 23 nos instan a ser auténticos seguidores de Cristo, no solo en palabras, sino también en nuestros comportamientos y motivaciones internas.
Buscar la verdadera santidad, amor sincero y fe duradera
La verdadera santidad
Uno de los temas principales abordados en los «ayes» de Mateo 23 es el concepto de la verdadera santidad. Jesús condena a los líderes religiosos por su apariencia de santidad sin una transformación interna real. Él les dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia» (Mateo 23:25). Jesús nos muestra que ser verdaderamente santo implica una transformación interior que se refleja en nuestras acciones y actitudes hacia los demás. La verdadera santidad no es solo cumplir con un conjunto de reglas externas, sino un corazón renovado que refleja el amor y la gracia de Dios.
Amor sincero
Otro tema central en los «ayes» de Mateo 23 es el amor sincero. Los líderes religiosos de aquel tiempo eran acusados por Jesús de no amar a Dios ni a los demás genuinamente. En el sexto «ay» (Mateo 23:27), Jesús dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia». Jesús nos enseña que el verdadero amor va más allá de las apariencias y es más que un mero cumplimiento de rituales religiosos. El amor sincero se manifiesta en el servicio a los demás, la compasión y el perdón.
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La fe es otro aspecto clave que encontramos en los «ayes» de Mateo 23. Jesús critica a los líderes religiosos por su falta de fe genuina y su enfoque en asuntos triviales. En el quinto «ay» (Mateo 23:23), Jesús les dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe». Aquí, Jesús nos recuerda la importancia de tener una fe duradera que se refleja en nuestras acciones justas y en nuestra compasión hacia los demás. La fe genuina nos lleva más allá de los rituales vacíos y nos impulsa a vivir una vida en obediencia a Dios y en servicio a los demás.
Conclusión
Los siete «ayes» pronunciados por Jesús en Mateo 23 son una denuncia de la hipocresía de los líderes religiosos de su tiempo. Estas palabras tienen una relevancia continua para nosotros hoy en día, ya que nos desafían a ser auténticos seguidores de Cristo y a buscar la verdadera santidad, el amor sincero y la fe duradera. Los «ayes» de Jesús nos instan a examinar nuestros propios corazones y a asegurarnos de que nuestras acciones y actitudes reflejen la gracia y el amor de Dios. Sigamos buscando vivir una vida en obediencia a Dios y en servicio a los demás, dejando atrás la hipocresía y buscando la plenitud de la vida en Cristo.