La pregunta de por qué Jesús no sabía cuándo regresaría si es Dios es uno que ha sido objeto de reflexión y debate en el ámbito teológico. Muchos se preguntan cómo es posible que Jesús, siendo Dios, no sea capaz de conocer el momento exacto de su segunda venida. En este artículo exploraremos esta cuestión desde diferentes perspectivas, analizando la limitación de Jesús como hombre, su naturaleza divina como Dios y omnisciente, la humildad y sumisión que demostró en su encarnación, su misión en la tierra, el conocimiento que tiene en su estado glorificado y la importancia de la segunda venida en el plan de Dios.
La limitación de Jesús como hombre
Es importante recordar que Jesús, aunque era totalmente Dios, también se hizo completamente humano al encarnarse en la forma de un hombre. Como hombre, Jesús experimentó las mismas limitaciones físicas y mentales que cualquier ser humano. Aunque sigue siendo Dios y posee toda la plenitud de la Deidad, al hacerse hombre, Jesús eligió voluntariamente limitar su conocimiento y depender del Padre en todas las cosas. Es por esto que cuando se le preguntó acerca de la hora de su regreso, Jesús respondió diciendo que solo el Padre lo sabía. Esta limitación en su conocimiento se debió a su condición humana, no a su divinidad.
Jesús como Dios y omnisciente
Aunque Jesús se limitó voluntariamente en su conocimiento cuando se hizo hombre, esto no significa que haya dejado de tener su naturaleza divina. Desde antes de la fundación del mundo, Jesús existió en plena comunión con el Padre y el Espíritu Santo como un miembro de la Trinidad. Como Dios, Jesús es omnisciente, lo que significa que tiene conocimiento absoluto y completo de todas las cosas. Sin embargo, durante su vida en la tierra, Jesús ejerció su divinidad bajo la dirección y el propósito del Padre, eligiendo someterse a las limitaciones humanas.
La humildad y sumisión de Jesús en su encarnación
La decisión de Jesús de limitar su conocimiento y someterse al Padre en todas las cosas es un acto de humildad y sumisión. A través de la encarnación, Jesús mostró su amor por la humanidad al tomar nuestra forma y vivir una vida totalmente humana. Aunque siendo igual a Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo que debiera aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Jesús demostró su humildad y sumisión al depender por completo del Padre y confiar en su dirección incluso en asuntos de conocimiento.
Tal vez te interesa¿Por qué Jesús sanaba en el sábado? La ley y el amor de DiosLa misión de Jesús en la tierra
La misión de Jesús en la tierra no era simplemente revelar todo su conocimiento y demostrar su poder divino. Su principal objetivo era cumplir el plan de salvación de Dios y reconciliar a la humanidad con Él. Durante su ministerio terrenal, Jesús dedicó su tiempo y energía a enseñar sobre el amor y el reino de Dios, sanar a los enfermos, liberar a los oprimidos y demostrar el sacrificio del amor al dar su vida en la cruz. Jesús se centró en su misión y no permitió que su conocimiento completo como Dios se interpusiera en su papel como el Mesías prometido.
El conocimiento de Jesús en su estado glorificado
Después de su resurrección y ascensión al cielo, Jesús fue glorificado y volvió a su estado completo como Dios. En su estado glorificado, Jesús tiene pleno conocimiento de todas las cosas, incluyendo el momento de su segunda venida. Ahora, desde el cielo, Jesús ejerce su divinidad en plenitud y tiene la autoridad suprema sobre todas las cosas. Sin embargo, este conocimiento no se revela a la humanidad hasta que llegue el momento designado por el Padre.
La segunda venida de Jesús y el momento exacto
Jesús afirmó claramente que solo el Padre conoce la hora exacta de su segunda venida. Esto nos muestra la importancia de la soberanía de Dios y su control sobre los tiempos y las estaciones. El momento de la segunda venida de Jesús es parte del plan eterno de Dios y está cuidadosamente orquestado para cumplir su propósito final. Aunque no podemos conocer el momento exacto, Jesús nos enseñó a estar preparados y alerta para su regreso, viviendo vidas santas y fieles a su Palabra.
Conclusión
La pregunta de por qué Jesús no sabía cuándo regresaría si es Dios se puede entender a través de la limitación que Él escogió al encarnarse como hombre. Jesús, siendo plenamente Dios, decidió hacerse hombre y someterse a las limitaciones humanas, incluyendo la limitación de su conocimiento. Esta limitación no disminuye su divinidad ni su omnisciencia, sino que demuestra su humildad y sumisión al Padre. Actualmente, en su estado glorificado, Jesús conoce todas las cosas, incluyendo el momento de su segunda venida. Sin embargo, el conocimiento exacto de este momento está reservado solo al Padre. Como creyentes, debemos estar preparados y vivir en espera de la gloriosa venida de nuestro Señor Jesucristo.
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